A la hora de presentarle hay que mencionar dos nombres: Francesco Tonucci y Frato, tal y como se recoge en la web de la Asociación Francesco Tonucci, una organización presidida por Mar Romera que se dedica a defender los derechos de los niños y a difundir la propuesta pedagógica de este docente ya jubilado.
“El primero, Francesco, nació en Fano y vive en Roma; el segundo, Frato (dibujante de viñetas), nació en el corazón y la cabeza de Francesco y vive en todos los adultos que han descubierto que la única salida hacia un futuro plausible son los niños de hoy”. De hecho, su defensa de los más pequeños le ha hecho ganarse el título de ‘niñólogo’. Creador del proyecto ‘La ciudad de los niños’, su objetivo es desarrollar urbes educativas, pensadas para todas las personas y sin ningún tipo de exclusión: ancianos, niños, minusválidos… —y no para los coches—; donde los niños puedan jugar en la calle y en las que puedan ir solos al colegio. Hoy día, la red está formada por 200 ciudades repartidas entre Italia, España, Argentina, Uruguay o Chile.
Al comienzo de la década de los 90 convenció al Ayuntamiento de su ciudad natal —Fano— para que pusiese en marcha ‘La ciudad de los niños’. ¿Cuál es el balance de esta iniciativa?
Hasta ese momento se pensaba que una ciudad para los niños era la que contaba con buenos servicios infantiles, como guarderías, escuelas o parques. Nosotros rompimos con esa idea, involucrando a los niños, considerándolos ciudadanos que también tenían sus derechos. En la actualidad, y gracias también a otras iniciativas de numerosas entidades, creo que lo principal es que los niños han empezado a ser escuchados, han hecho propuestas que se han llevado a cabo…
En algunas ciudades se ha hecho de forma más rigurosa, en otras menos, pero puedo citar a Fano, donde comenzó y todavía sigue: a lo largo de estos 27 años nunca se ha parado la experiencia del Consejo de los niños. Algo similar ha ocurrido en Buenos Aires, donde nació con un gobierno de izquierdas y ha continuado con uno de derechas. Otra ciudad argentina, la primera en formar parte del proyecto en 1974, es Rosario donde los niños han tomado decisiones importantes, como el Día de los juegos que empezó en 1997 y sigue hoy, involucrando a toda la ciudad en jornada laborable —como ellos pidieron—: las escuelas se abren sólo para jugar, algunas calles se cierran y los adultos tienen una hora libre.
La ciudad italiana de Pésaro tiene también interesantes aportaciones: varias de sus escuelas se unieron para que miles de niños pudiesen salir solos de casa e ir al colegio. Y son 100.000 habitantes.
También Vigo participa.
Es nuestro punto de referencia en el ámbito urbanístico. El alcalde y su equipo se han preocupado durante muchos años y han creado una ciudad para la gente, no para los coches. En la actualidad, es una localidad sin vehículos o, mejor dicho, sí que hay, pero no molestan. Ha sido diseñada de nuevo y las calles están hechas para los peatones y para el paseo. En una ciudad así, los niños se pueden mover con tranquilidad.
Afirma que el lugar más peligroso para un menor es su casa y el vehículo de sus padres. ¿Hay que dejar que los niños pasen más tiempo en la calle?
La puede confirmar cualquier médico que trabaje en Urgencias, porque la mayoría de los niños que acuden ahí es por accidente doméstico o de coche y éste último suele ser el de sus padres. Y, sí, claro que deban pasar más tiempo en la calle, a pesar de que sea vista como peligrosa o insegura. ¿Por qué?: porque los conocimientos más importantes se hacen ‘fuera’; es el lugar privilegiado para descubrir y vivir experiencias.
Es necesario que estén fuera de casa y fuera del control de los adultos, es una necesidad cognitiva, social y de competencias para los niños, porque allí, jugando con amigos, explorando el ambiente, pueden poner los cimientos sobre que construirán los aprendizajes, las relaciones sociales y las habilidades a lo largo de toda la vida. Y esos cimientos hay que ponerlos ‘solos’, no hay maestros ni padres que puedan enseñar las bases. De ahí la importancia de ciudades democráticas y calles seguras.
Esto es un pequeño extracto de la entrevista de 6 páginas publicada en el nº 29 de la Revista Educación 3.0 impresa, correspondiente a invierno 2018.
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