lunes, 25 de noviembre de 2019

“Para gestionar bien el tiempo, el docente debe motivar a sus estudiantes”

‘No deberíamos preocuparnos por vivir más, sino por vivir mejor. No deberíamos aspirar a tener más tiempo, sino otra clase de tiempo’. Así da comienzo el libro de Ricardo Cortines, ‘El buen tiempo. Las claves para gestionar el tiempo y alcanzar la verdadera felicidad, un manual que trata de desmitificar la ‘mala relación’ que los seres humanos tenemos con el tiempo a través de consejos que, basados en su propia experiencia personal, tienen como objetivo aprovechar y valorar cada minuto del reloj, pero de una manera saludable para cuerpo y mente. 

En esta entrevista, el escritor, conferenciante y consultor expone distintas fórmulas para ‘hacerse amigo’ del tiempo y cómo se pueden aplicar en la comunidad educativa y con los estudiantes en el aula. 

Pregunta: ¿Le resulta eficaz el modo en que se gestiona el tiempo en las aulas?

Respuesta: En general el tiempo se gestiona mal en todas partes y las aulas no son una excepción. El tiempo que los estudiantes y los docentes pasan en clase se podría aprovechar mucho mejor, pero eso pasaría por alterar varias cosas, desde el tiempo de duración de las clases hasta la propia metodología de enseñanza. Es difícil que un alumno vaya a clase con la idea de aprender algo y salga de clase más instruido de cómo entró, y me temo que con el profesorado pasa algo similar, sobre todo, considerando que la actitud de los estudiantes se refleja directamente en los profesores y viceversa. Quiero decir que para desempeñarse con eficacia o mejor aún con eficiencia en el seno de un aula, unos y otros deben tener claro el objetivo a lograr.

gestionar bien el tiempo

P: En su libro explica un método propio, llamado el Método Corti, para gestionar el tiempo de una forma eficiente, ¿de qué manera se puede aplicar al ámbito educativo?

R: El método Corti precisamente tiene su origen en el ámbito educativo puesto que al menos en lo fundamental era mi método de estudio, tanto en el colegio como en la universidad. En pocas palabras, se trata de resumir al máximo la materia objeto de estudio sabiendo que de toda la información que manejamos solo una parte es realmente esencial. Sería algo así como lo que sucede con las ‘matrioskas’, las tradicionales muñecas rusas que están huecas y contienen en su interior otra muñeca más pequeña. El objetivo es desgranar lo esencial de lo superficial, conservando lo primero y desechando lo segundo, para así generar una información lo más sintetizada posible, un proceso que se puede repetir varias veces y durante el cual conseguimos además ir reteniendo los datos de que se trata.

P: Los estudiantes, ¿cómo pueden cambiar el ‘chip’ para aprovechar mejor su tiempo de estudio?

R: Para estudiar hay que tener un método. Podemos contar con una memoria excelente y rentabilizarla en ciertas asignaturas, pero es mejor ser metódico, marcarse un hábito de estudio diario y ver las clases como el momento ideal en el que podemos aprender eso que tendremos que estudiar después. Asistir a clase con la actitud adecuada, participar activamente en lo que allí se cueza. En mi época universitaria la mitad del trabajo lo dejaba hecho simplemente estando muy atento en clase y tomando buenos apuntes.

“Un docente aprovechará el tiempo en la medida en que lo aprovechen sus alumnos “

P: ¿De qué forma un estudiante que no se encuentra motivado con lo que estudia puede ‘hacerse amigo’ de su tiempo?

R: La motivación, si no está ahí desde el principio, puede aparecer después con los resultados, cuando uno ve el fruto de lo que hace. De todas formas la amistad con el tiempo se logra sencillamente cuando uno hace lo que le gusta, en especial lo que se le da bien. Y ahí nos topamos con el gran reto de la educación: descubrir el talento de los escolares y hacerlo lo antes posible. El talento marca el camino y si le seguimos siempre nos llevará a buen puerto.

P: ¿Podría nombrar tres claves para que los docentes aprovechen el tiempo de manera más eficiente en el aula?

R: Un docente aprovechará el tiempo en la medida en que lo aprovechen sus alumnos, en la medida en que sus alumnos ‘aprendan la lección’. Enseñar y aprender son las dos caras de la misma moneda y no pueden disociarse. Por tanto, el aprovechamiento del tiempo por parte de un docente vendrá dado por el hecho de que sea capaz de motivar a sus alumnos si no están motivados o de hacerles aprender sin que se den cuenta con metodologías de enseñanza creativas, pero partiendo siempre de un profundo conocimiento del alumno, de lo que le gusta y de lo que detesta. Un docente debe ante todo sacar partido a sus alumnos. Es de esa manera como sacará partido a su tiempo.

P: Dígame lo que le sugieren estas tres palabras: velocidad, gestión y felicidad.

R: -Velocidad: Lo bueno si rápido dos veces bueno.

-Gestión: suena a economía, a empresa, pero cada uno de nosotros es el director general de su vida y si lo hacemos mal la llevaremos a la quiebra.

-Felicidad: algo que depende del tiempo, de lo que compremos con él, de si lo dedicamos o no a hacer las cosas que son como nosotros.

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