El yoga es una práctica física, mental y espiritual de tradición antigua, que se originó en la India. La palabra ‘yoga’ proviene del sánscrito y significa unidad porque simboliza la unión del cuerpo y la mente. Las Naciones Unidas proclamaron el 21 de junio como el Día Internacional del Yoga, con el objetivo de promover que “las personas y las poblaciones adopten decisiones más saludables y modos de vida que propicien la buena salud”.
Esta actividad es una herramienta de intervención para el fomento de la salud y calidad de vida de los más pequeños, así como un medio de prevención de hábitos y comportamientos futuros. A la hora de poner en práctica esta disciplina debemos tener en cuenta que trabajaremos de manera lúdica a través de juegos, masajes, actividades de relajación, canciones y cuentos.
¿Cómo introducir esta práctica?
En el yoga se trabajarán las áreas del currículo de Educación Infantil: conocimiento de sí mismo y autonomía personal; conocimiento del entorno y los lenguajes: comunicación y representación. Por este motivo el yoga ha estado presente en multitud de ocasiones en mi aula (tanto en talleres de psicomotricidad como en talleres de animación a la lectura, plástica, inglés, música…). Además se decidió poner una sesión fija en el horario para un taller de yoga. Aprovechando las sesiones de psicomotricidad realizamos ejercicios de yoga en el gimnasio.
Las sesiones de yoga suelen tener una duración de 45 minutos. Están adaptadas al nivel de los niños de 3, 4 y 5 años. Lo fundamental es que las posturas, la respiración y la meditación se realizan a través del juego. Como complemento para la práctica del yoga, trabajamos tanto en el aula como en la sala de psicomotricidad el cuento ‘Mis pequeños Yoguines’ de la Editorial Círculo Rojo. La autora es Mari Carmen Henales Rodríguez y la ilustradora es Sofía García Bustos.
El cuento narra la historia de dos pequeños ‘yoguines’ que se encuentran enfermos por culpa de la oscuridad y emprenden un viaje para poder curarse y encontrar la felicidad. Durante el viaje se encuentran con varios personajes, animales, insectos, constelaciones, estrellas, y la Luna que les van guiando en su camino. Hasta que por fin conocen a un buda gigante quien les revela el secreto de la felicidad.
Una clase diferente
La clase comienza con ‘La canción del saludo al sol’ y un juego dinámico que permite a los niños descargar energía en todas sus formas como correr y saltar.
Después los pequeños aprenden las posturas (asanas) a través de juegos como imitación de animales en la selva, el bosque, el mar… A través de unos personajes y mascotas motivadores, los alumnos de infantil se han iniciado en el mundo del yoga: ‘El perro Yogui’, ‘el gato Zen’, ‘la cobra Namasté’ y ‘la abeja Mantra’. De este modo, han aprendido estas y otras posturas o asanas: el árbol, la montaña, la mariposa, el guerrero, el saludo al sol, la vaca, el bebé…
En los ‘pranayamas’ o ejercicios de respiración realizamos juegos de respiración con ayudas de objetos como plumas, pelotas de colores para que los niños soplen, muñecos…
Para la meditación, llamamos la atención y concentración del niño hacia una actividad concreta como, por ejemplo, dibujar un mandala u ordenar piedras pequeñas en una secuencia. Aquí realizamos actividades de expresión plástica: elaboramos un mural gigante con los dos personajes (los dos Yoguines), dibujamos un buda y lo decoramos con distintas técnicas plásticas, coloreamos mandalas…
Y para la relajación, cantamos el ‘Omm’ y damos masajes. Por último los niños se tumban y con los ojos cerrados escuchan una historia donde aparecen elementos sonoros, táctiles y olfativos que ayudan a que los niños se relajen completamente.
Los beneficios del yoga
Con la puesta en marcha en mi aula de esta práctica se ha conseguido que los niños estén más tranquilos a la hora de trabajar los demás contenidos del currículo de Infantil. Han disfrutado de los talleres y actividades, motivando a sus familias a iniciarse en esta práctica.
Se puede considerar que el yoga es una excelente actividad integradora de los aspectos emocional, cognitivo y creativo. Es una buena opción para lograr la unión de juego y desarrollo físico y mental en edades tempranas. Contribuye a despertar las ‘inteligencias múltiples’, a ser más creativos, inteligentes, felices y libres. Para un buen aprendizaje, el cuerpo necesita estar relajado, la respiración debe ser libre, las emociones, equilibradas y la mente ha de estar concentrada.
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