El teatro es una disciplina artística que aporta múltiples beneficios para el desarrollo de los menores: les ayuda a relacionarse con los demás, estimula su creatividad, mejora su expresión oral y corporal y mejora su dicción. Es una metodología transversal de aprendizaje que puede aplicarse tanto en el aula, adaptándose a las distintas materias del currículo, como en casa.
Para pasar un rato agradable, aprender y disfrutar hemos recopilado algunas obras de teatro para representar en familia.
Peter Pan
Los más pequeños dan vida a los múltiples personajes infantiles que caracterizan esta obra. Como es muy conocida, no es necesario seguir un guión al pie de letra sino que la mejor opción es dejar a los niños improvisar a partir de la historia original. En ella aparecerán personajes clave como Peter, Wendy y Campanilla así como tantos Niños Perdidos como personas haya para representarlos.
El Principito
Se trata de una novela corta y todo un clásico. Los niños deberán preparar un breve guión con las frases y los momentos más significativos. Se necesitan tres personajes: el Principito, el Aviador y el Zorro. Puede haber un cuarto personaje, adulto o niño, que haga el papel de narrador. Como complemento es posible añadir pequeños detalles de ‘atrezzo’ como el famoso dibujo de la cobra devorando a la serpiente o la cajita donde vive el pequeño cordero.
La rana y el cocodrilo
Una rana, un cocodrilo, una tortuga y una serpiente son los protagonistas de esta obra que pretende trabajar la importancia de valorar a los demás. Aquí se encuentra el guión, que puede imprimirse para que los menores lo estudien antes de actuar. Con los personajes repartidos y el texto aprendido, los participantes simularán que están al borde de un lago cuyo caudal comenzará a crecer causando un problema a los animales. Los pequeños actores tratarán de transmitir con sus dotes interpretativas los valores que envuelven a esta obra.
Los tres cerditos
Otro famoso cuento tradicional que puede aprovecharse para representarse de manera sencilla en casa. Para ello se necesitarán tres cerditos y un lobo feroz. Cada uno de los cerdos puede decorar el escenario fabricando con cajas de cartón su propia casa y añadiéndoles los detalles que las caracterizan: paja, madera y ladrillo. Luego, dentro de estas, tendrán que evitar que el lobo feroz las derrumbe con sus soplidos. Esta obra, además de ser divertida, enseña a los niños valores como el esfuerzo.
Caperucita Roja
Disfrazándose con una capa roja y una cesta con comida, la protagonista de esta obra deberá caminar por el bosque hacia la casa de su abuelita. Sin embargo, cuando llegue allí, en la cama le recibirá un lobo disfrazado de su abuela y la niña deberá pedir ayuda a un cazador. Puede representarse en varias estancias de la casa, aprovechando los pasillos como el bosque y una habitación con cama como la casa de la abuela.
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