Cinco renovaciones de aire a la hora es el objetivo a conseguir que plantea la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard para una correcta ventilación en las clases evitando, así, la propagación del coronavirus. También, entre las ‘Medidas de prevención, higiene y promoción de la salud frente a COVID-19 para los centros educativos en el curso 2020-2021’ del Ministerio de Sanidad y de Educación o tal y cómo plantea esta guía del CSIC, uno de los principios claves para evitar la propagación del virus es la ventilación frecuente de los espacios.
Pero si tenemos en cuenta que, según las conclusiones de un estudio elaborado por la Universidad de Burgos y la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP), los colegios españoles suspenden en ventilación, condiciones de confort y calidad ambiental (tras analizar durante un año lectivo y validar más de 700.000 parámetros en 36 centros escolares de 33 ciudades españolas), ¿de qué forma se puede renovar el aire en el interior de las aulas con el frío a la vuelta de la esquina?
Una ayuda complementaria para renovarlo pueden ser los filtros HEPA, que atrapan hasta el 99% de las partículas nocivas del ambiente, y que se colocan en los sistemas de ventilación de los centros o que se encuentran alojados en dispositivos portátiles, también conocidos como purificadores.
Filtros HEPA: qué son y cómo funcionan
HEPA es el acrónimo inglés ‘High Efficiency Particulate Air’, es decir, un filtro de aire de alta eficiencia. Este tipo de filtros, que se utilizan en los aviones o en los quirófanos, tienen una capacidad de filtrado de pequeñas partículas muy superior a uno normal.
Su principal objetivo es bloquear las partículas nocivas del aire y expulsarlo, de nuevo, limpio. Tanto es así que bloquean el 99,95% de las partículas que entran en su interior y dependiendo del tipo de filtro HEPA podría incluso atrapar las partículas de coronavirus (que tienen un tamaño de entre 0,12 y 0,16 micras). Tal y como se comenta en este artículo de Mediclinics, las partículas de virus no suelen viajar por el aire de manera autónoma, ya que se adhieren a otras (sobre todo acuosas) y eso hace que la partícula adquiera un tamaño superior a cinco micras, por lo que es más que suficiente para que el filtro las pueda ‘absorber’.
Las tres claves de un filtro HEPA
Hay que tener en cuenta tres aspectos fundamentales a la hora de elegir un filtro HEPA para el aula:
- La normativa: el filtro HEPA seleccionado debe encontrarse bajo la UNE-EN 1822-1:2020
- El tipo de filtro: H13 o superior. Ya que a partir de H13 son capaces de atrapar al menos el 99,95% de las partículas que se encuentran en el aire.
- El espacio: dependiendo de las dimensiones del aula, el tipo de filtro cambia. Para elegir el correcto, resulta útil la calculadora que ha creado el docente de bioquímica José Luis Jiménez junto a la Unidad Tecnológica de Voluntariado y el investigador Pablo Fuente.
La calculadora que ayuda a elegir el filtro HEPA
Con dicha calculadora se pueden medir tanto las dimensiones del aula como el nivel de ventilación y la tasa de generación de CO2 (según el número de estudiantes y el de docentes), fundamental para comprobar que la renovación del aire se está haciendo de forma correcta. Para esto último, hay que utilizar medidores de CO2 en el lugar donde se coloque el filtro. De todos los datos que aparecen en la aplicación, el que ayuda a elegir el filtro HEPA es el CADR (Clean Air Delivery Rate), que es la Tasa de Entrega de Aire Limpio, y con el que según los datos introducidos, se puede elegir el filtro HEPA adecuado.
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