Cuando se elige la ruta adecuada, el senderismo es una actividad ideal para que adultos y menores disfruten de paseos por la naturaleza de una manera sosegada y tranquila. Entre las centenares de rutas que ofrecen los parajes de nuestro país hay muchas que, además del ejercicio físico, ayudan a que los más pequeños de la casa aprendan sobre geografía, geología o historia. Destacamos diez rutas para hacer en familia.
Arroyo del Sestil (Miraflores de la Sierra, Madrid): agua y vegetación a un paso de Madrid
Situada en la Sierra de Guadarrama, esta ruta parte desde el área recreativa del puerto de Canencia. En el primer tramo destacan el pino silvestre que puebla la pista forestal, así como el abeto Douglas, especie introducida que llama la atención a todo el que la ve debido al contraste con la vegetación típica de la zona. Más adelante se encuentra el antiguo Centro de Educación Ambiental ‘El Hornillo’, que debe ser dejado a la derecha para coger una nueva senda. Siguiendo la ruta se halla otro punto de interés: el mirador de la Chorrera de Mojonovalle, un lugar ideal para realizar un descanso entre sus álamos temblones. Más adelante se toman dos ramales de ida y vuelta que dan la posibilidad de admirar otro área de peculiar vegetación, el abedular, típica de zonas frías y húmedas. La ruta, que consta de 4,5 kilómetros, permite a los más pequeños conocer la distinta flora existente en esta parte de la sierra madrileña.
Parque Natural del Alto Tajo (Guadalajara): chapuzones con historia
Situado entre el suroeste de la Provincia de Guadalajara y el Nordeste de la de Cuenca, es un lugar en el que combinar los paseos por la montaña con baños en las cristalinas aguas del río Tajo en la época de calor. Cuenta con varias rutas de senderismo entre la que destaca la de el Salto de Poveda. Con 5 kilómetros de recorrido, esta ruta circular permite conocer la Laguna de Taravilla, situada en el corazón del parque, y disfrutar de los saltos de agua que aparecen a lo largo del río desde sus balcones naturales. Además, estas rutas permiten conocer un oficio tradicional ya desaparecido: el de los gancheros, que fue homenajeado en el libro de José Luís Sampedro ‘El río que nos lleva’ y que se dedicaban a transportar troncos río abajo desde las serranías molinesas hasta los aserraderos de Aranjuez.
Valle del Jerte (Extremadura): entre pozas y cerezos
Esta zona propone numerosas rutas para realizar en familia con distintos niveles de dificultad para poder adaptarse a las habilidades de cada grupo. Entre ellas se encuentra la ‘Garganta de los Infiernos’, situada entre el Valle del Jerte y la Sierra de Gredos. Consta de un recorrido circular de 15 kilómetros que parte desde la localidad de Jerte (Cáceres) y que permite contemplar los pilones o pozas que forman las aguas de las Garganta de los Tres Cerros y la de Collado de las Yeguas. Es recomendable realizar esta ruta en primavera debido a la floración de los cerezos que pueblan la zona y que consiguen teñir el paisaje de color blanco.
Parque Natural de Arribes del Duero (entre Salamanca y Zamora): la unión entre España y Portugal
En la frontera con Portugal se encuentra la Comarca de los Arribes, conocida por poseer los cañones más profundos de la Península Ibérica. En esta zona se pueden realizar varias rutas de baja dificultad como la de ‘Cola de Caballo’, que parte desde Masueco y consta de 9 kilómetros, y la de ‘El Mirador de las Escaleras’, de 4 kilómetros, que termina en la localidad de Fermoselle. En la primera se puede contemplar la cascada que da nombre a la ruta así como la desembocadura del río Uces en el Duero, mientras en la segunda se aprecia el recorrido que realiza uno de los ríos más importantes del país. En el Parque Natural también es posible visitar los Saltos del Duero, un conjunto de 9 embalses que forman la zona con más potencial hidroeléctrico de España.
Chorro Grande en la Granja de San Ildefonso (Segovia): el agua más potente de la sierra
Situado en la localidad de Palazuelos de Eresma, es la caída de agua con mayor longitud de la Sierra de Guadarrama. La ruta consta de 5,5 kilómetros y parte desde la Granja, atravesando un bosque de pinos segovianos y peñas de granito que esconden la gran cascada. La mejor época para llevar a cabo la ruta es la primavera debido a que el deshielo aumenta el caudal del Chorro Grande. Aprovechando la localización de esta ruta, es recomendable visitar el Palacio Real y los Jardines y Fuentes de la Granja de San Ildefonso, que fueron mandados construir por Felipe V
Sendero de las Merchanas (Salamanca): descubrir cómo era la vida en la Prehistoria
Enclavada en el Parque Natural de Arribes del Duero (entre Salamanca y Zamora) declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, se trata de una ruta circular de nueve kilómetros que se recorre en dos horas y media aproximadamente. De dificultad baja, pasa por el Castro de las Merchanas, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Salamanca con más de 2.500 años de historia. Esta fortificación prehistórica, que estaba protegida por murallas en las que vivían los pueblos prerromanos, está situada al margen del río Camaces y entre sus ruinas se ha encontrado una necrópolis de la que se excavaron 36 tumbas.
Ruta de la Silla de Felipe II (San Lorenzo de El Escorial, Madrid): las vistas de un rey
Desde lo alto de la ruta, en la conocida como Silla de Felipe II, se disfruta de una completa vista del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial: es el mismo lugar desde el que el monarca divisaba la construcción del lugar en el siglo XVI. Para llegar hasta ella, se pasa además por una calzada romana, por el Bosque de la Herrería, repleto de castaños, arces y cerezos, y se puede observar el Monte Abastos. Para realizar este recorrido con niños se puede comenzar en el parking situado en el Bosque de la Herrería y seguir las indicaciones hacia el mirador. Son unos cuatro kilómetros y por el camino se encuentran diversos merenderos para hacer una parada y coger fuerzas.
Las cascadas de Oneta (Villayón, Asturias): un cuento de hadas
Con una duración de unas tres horas y cuatro kilómetros de distancia, su recorrido permite visitar distintas cascadas declaradas Monumento Natural de la zona. Se comienza en la aldea de Oneta y desde allí se deja el río (Oneta) a la izquierda para adentrarse en un sendero perfectamente señalizado, que lleva a las tres cascadas que se encuentran en el camino: de la Firbia, de la Ulloa y la Maseirúa. Destaca por un paisaje que parece sacado de un cuento de hadas, y en el que se combina la extensa vegetación de robles, castaños y abedules con el agua, que acompaña durante todo el recorrido.
Ruta del Alto Príncipe (Islas Cíes, Pontevedra): subida a lo más alto
En este itinerario de poco más de tres kilómetros se asciende a lo alto del Monte Agudo: partiendo de la caseta de información, se comienza en la playa de Figueiras para ascender al monte. Durante el trayecto por este sendero natural se contemplan diversas formaciones rocosas como la conocida Silla de la Reina y también es posible observar la colonia de gaviotas que vive en los acantilados de las islas.
El bosque de Oma (Kortezubi, Vizcaya): un museo al aire libre
El pintor y escultor Agustín Ibarrola decidió utilizar los árboles de este bosque como lienzo, pintándolos de diversos colores como símbolo de unión con los antepasados del Paleolítico. El camino para visitarlos comienza en la localidad de Basondo, para continuar por la senda señalizada (se facilitan, incluso, códigos QR con los que disponer de más información en el teléfono móvil) que atraviesa el bosque. El recorrido cuenta con siete kilómetros y se realiza en unas dos horas aproximadamente.
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