Cada producto tiene una historia: Bee-Bot y su hermano Blue-Bot han vendido más de 750.000 unidades en sus 15 años de vida, lo que supone que tres cuartos de un millón de ambos robots están presentes en las aulas y hogares de todo el mundo.
Como todos los grandes inventos, la idea de Bee-Bot nació de una necesidad, cuando los maestros tenían dificultades para impartir sus lecciones de programación a niños pequeños. Sus simples botones de funciones, su carita feliz y su precio lo han convertido en todo un referente en los centros educativos desde 2005.
Con los docentes
Bee-Bot vió la luz gracias a la larga tradición de la compañía TTS con la investigación docente. Después de entrevistar a decenas de profesionales de la enseñanza, conceptualizó el robot con la colaboración del equipo de desarrollo de producto de la compañía y los asesores TIC de la autoridad. “Sabíamos que los maestros tenían dificultades para enseñar a programar y queríamos encontrar un dispositivo innovador y atractivo, tanto para los estudiantes como para los maestros, que estuviera alineado con el currículo pero que ofreciera un recurso suficientemente abierto que pudiera usarse en todas las materias”, afirman.
Este grupo de trabajo pasó horas analizando la función mecánica de cómo programarlo y, de igual modo, cómo diseñar su cara. Después, llevaron el prototipo a distintas escuelas para probarlo y eso significó también el desarrollo de un conjunto de tapetes para que iniciara su aventura.
Con el objetivo de seguir mejorando y adaptándose a las necesidades de docentes y estudiantes, el año pasado se presentaron nuevas versiones mejoradas de los robots Bee-Bot y Blue-Bot con más funcionalidades y accesorios. Entre las novedades más destacadas se encuentra que ahora son interactivos, que cuentan con nuevos recursos para desarrollar el currículo de manera transversal, que aceptan hasta 200 pasos de programación (antes solo 40) y que contemplan la posibilidad de crear nuevos mensajes grabables para confirmar las instrucciones del teclado.
Algunas ideas
Las posibilidades de estos robots son muy amplias, aunque es posible comenzar partiendo de algunas actividades:
● Explorar algoritmos con Bee-Bot/Blue-Bot: después de pasar un tiempo explorando cómo funciona Bee-Bot, los niños deberán comenzar a resolver problemas a través de soluciones planificadas en lugar de un enfoque de prueba y error. Deben registrar los comandos y la secuencia en la que se necesitan.
● Depurar con Bee-Bot/Blue-Bot: se debe alentar a los menores a resolver o crear desafíos cada vez más complejos. Para cada desafío, deben planificar, probar y depurar su solución. Como alternativa al dibujo de su programa, pueden usar tarjetas con los símbolos de comando impresos.
● Practique la predicción con Bee-Bot/Blue-Bot: después de escribir sus propios programas y depurarlos, los pequeños pueden comenzar a leer programas creados por otras personas. Estos pueden ser escritos por un maestro, otros niños o incluso generados al azar, usando tarjetas.
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