En estas primeras semanas de curso, mientras estrenamos un nuevo formato de docencia y aprendemos a normalizar las nuevas herramientas de trabajo, cámaras, pantallas, videoconferencia, kits de desinfección, mascarillas,… he observado, en diferentes foros docentes, una preocupación que parece sumar inquietud a una situación ya bastante desconcertante. Son muchos los profesores que no comparten la recomendación de grabar las clases online o híbridas. Lo hacen aludiendo principalmente a dos razones: el uso fraudulento que los alumnos puedan hacer de su imagen o de los contenidos de sus presentaciones, y el posible absentismo de los estudiantes al saber que van a disponer de las clases grabadas.
Las preocupaciones
Pero no son las únicas preocupaciones que muestran los docentes…
Derechos de imagen
La realidad es que los estudiantes ya podían grabar nuestras clases en el formato tradicional y hacer con ellas todo lo que ahora parecemos temer. Hace años, ya había quien se llevaba una grabadora a clase, pero con los teléfonos móviles grabar un audio, un vídeo o hacernos una foto en clase es relativamente sencillo. Además, las clases retransmitidas en remoto pueden ser grabadas con bastante calidad por los propios estudiantes en sus ordenadores con cualquier aplicación utilizada para grabar la pantalla.
Derechos de autor
En cuanto a los contenidos, la mayoría de los profesores llevamos años compartiendo nuestras presentaciones en las aulas virtuales de donde los alumnos las pueden descargar y disponer de ellas como quieran. Y si bien es cierto que buscar, organizar y mostrar de la mejor forma el contenido es trabajo nuestro, lo que enseñamos está sacado de libros, artículos o webs de otros autores, así que la responsabilidad de cada uno de nosotros de referenciar adecuadamente los recursos que utilizamos para dichas presentaciones no es nada nuevo.
Asistencia
Respecto a que la grabación de las clases haga innecesaria la asistencia de los alumnos la solución es en principio sencilla, una clase presencial no puede ser completamente sustituida por una grabación si durante la clase los estudiantes participan a través de las herramientas digitales disponibles. Si esa participación además forma parte de la evaluación, difícilmente los alumnos se arriesgarán a perder dicha actividad.
5 motivos para grabar las clases online
Sin embargo, lo más importante es identificar las razones por las que se recomienda grabar las clases online, aun aceptando que dicha grabación no puede sustituir por completo a la clase recibida en directo. Estas son las siguientes:
1. Facilitar el seguimiento
La grabación de la clase permite que un alumno con problemas de salud propia o familiar pueda recibir las explicaciones de su profesor, algo especialmente relevante y lamentablemente frecuente en la situación de emergencia sanitaria actual. También facilita el seguimiento del curso para aquellos estudiantes trabajadores o repetidores que suelen tener incompatibilidad de horarios y pierden su derecho a recibir las clases con frecuencia.
2. Reduce la brecha digital
En este sentido, la grabación de las clases retransmitidas en directo reduce además la brecha digital y el estrés tecnológico de profesores y estudiantes que tengan problemas de conexión o dificultades para acceder en todo momento a los recursos tecnológicos necesarios. Esto ayudará sin duda a conseguir el aprendizaje de todos nuestros alumnos sea cual sea su situación o necesidad.
3. Mejora la atención de los estudiantes
La posibilidad de visualizar las clases cuantas veces sea necesario favorece el rendimiento de los alumnos con diferentes ritmos de aprendizaje. Esto ya ha sido demostrado por metodologías como el Flipped Learning. Por otro lado, el aprovechamiento de las clases mejora, ya que se reduce la preocupación de los
estudiantes por transcribir en sus apuntes las explicaciones del docente en ese momento, y aumenta su nivel de atención y comprensión en clase. En mi experiencia, las preguntas durante la clase pasan del “¿puedes repetir?” a preguntas de comprensión.
4. Menos tutorías
Los vídeos generados minimizan la necesidad de tutorías para la resolución de dudas que, en la mayoría de los casos, son sobre contenidos que no han comprendido durante las clases o no han cogido correctamente en sus apuntes. Esto hace que el tiempo para las tutorías sea de mayor calidad y aprovechamiento.
5. Profesores más humanos
La última razón, es que grabar nuestras clases es un ejemplo de transparencia y buena práctica. No hay profesores perfectos, igual que no hay seres perfectos. Un profesor tiene derecho a confundirse, a tener un mal día, a no saberse todas las respuestas, y no debemos tener miedo a que eso quede grabado pues no solo tenemos derecho al error, sino que exponernos a pesar de ser imperfectos nos hace más humanos y nos acerca a nuestros estudiantes. Enseñar es también enseñarse (o mostrarse) a los demás, y esta nueva forma de enseñarnos nos ayuda a ser ejemplo y guía para nuestros alumnos
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