Quizá ser docente hoy día es más complicado que nunca. Con la llegada de la pandemia por la Covid-19 y el cierre de los centros educativos como una de sus consecuencias, son muchas las responsabilidades docentes que se han visto afectadas e, incluso, modificadas. Profesores y profesoras de todos los niveles educativos, cuya labor se ha desempeñado siempre de manera fundamentalmente presencial, se han visto ante el reto de lanzarse a la educación a distancia. Aquí no usaremos el término de docencia online porque desgraciadamente no ha sido ésta la que se ha desarrollado, sino una forma más primitiva de docencia mediada por las TIC. Lo que actualmente se conoce como docencia remota de emergencia o docencia no presencial de emergencia (UOC).
La razón de por qué esta docencia online de calidad no se ha podido alcanzar no ha sido ni mucho menos por el ímpetu de los docentes sino por su baja capacitación en esta modalidad educativa. Durante muchos años se ha confundido la docencia online con el conocimiento de las TIC y, aunque una depende de la otra, no son lo mismo. De hecho, el gran reto está en reflexionar acerca del paradigma educativo que se está transportando a los estudiantes, y así evolucionar hacia un cambio de pensamiento. Todo esto tiene un sentido y una evolución histórica.
Un poco de historia
En 2013 vivimos el ‘boom’ de las TIC en educación. Las empresas de tecnología se iban posicionando en el sector educativo ofreciendo diferentes tipos de hardware. Recordemos aquí el auge de los mini portátiles, las tabletas digitales, las smartboards, la realidad virtual, aumentada… y después, llegó la impresión 3D. Pero el interés por las TIC no se limitó al hardware, sino también al conocimiento del software. En los siguientes años se alcanzó un interés tremendo por aprender diferentes aplicaciones que podrían utilizarse en Educación. Todo ello desde el mismo enfoque: integrar las TIC en la educación presencial movidos por lograr la tan ansiada innovación educativa, mejorar de la competencia digital, aumentar de la motivación para luchar contra el absentismo escolar…
Poco a poco nos fuimos dando cuenta de que las TIC en la Educación sin una metodología adecuada no llegaría muy lejos. Las metodologías activas, en concreto, nos han ofrecido un vínculo con las TIC desconocido hasta el momento, logrando alargar su tiempo de vida más allá del primer momento ‘sorpresa’ que disparaba la motivación del alumnado.
Todo este proceso de evolución de la Educación en nuestro país se ha visto reflejado en las propuestas de formación para el profesorado. Enfocadas en su mayoría hacia el aprendizaje de determinadas herramientas y/o metodologías, pero… ¿esto es suficiente para lograr una alta competencia como docente virtual? El caso es que no, y la realidad así lo ha evidenciado. Tenemos a muchos profesores muy preparados pero no en los conocimientos específicos que esta transformación educativa requiere. Profesores que hoy día se han visto abandonados por la administración pública y desbordados en su tarea docente. Afortunadamente, sigue habiendo iniciativas de formación del profesorado, enfocadas tanto desde el centro educativo a través del contrato de empresas de eLearning como por parte de organismos públicos como es el INAP. No obstante, si analizamos esta formación sigue teniendo un alto componente en herramientas TIC y metodologías, todo ello descontextualizado de lo que una formación en docencia online íntegra debería ser.
Claves de la formación online
Ante la posibilidad de rebrote debemos pensar en una formación del profesorado diferente, enfocada a la docencia online atendiendo a todas sus especificaciones y con una base de diseño de experiencias educativas en línea potente para poder readaptarnos a la modalidad que se requiera cuando sea necesario.
Y, aquí llega la gran pregunta: ¿cómo debería ser esta propuesta para la formación del profesorado en docencia online de calidad? Desde nuestro punto de vista académico y profesional, y reduciendo la información para crear una lista de conocimientos clave, consideramos que ésta formación docente debe basarse en 4 fundamentos:
- Formación específica en e-moderating
La interacción entre estudiante-profesor, profesor-estudiante, estudiante-estudiante, estudiante-contenido y profesor-profesor cambia de manera significativa en un espacio virtual. De hecho, a estas interacciones, sumaríamos la de estudiante-interfaz al contar con un entorno virtual que media entre la figura del docente, el estudiante y los contenidos. No solo depende de si se trata de un entorno síncrono o asíncrono, sino también de las características de las herramientas TIC que van a mediar esta comunicación.
Existen determinadas estrategias que además están vinculadas directamente con la metodología de trabajo que se va a desarrollar en cada fase de la experiencia educativa. Este es un asunto complejo donde hay una gran cantidad de factores que deben ser tenidos en cuenta para prever errores y maximizar la experiencia. Porque en la virtualidad se dan problemas o dificultades que no existen en la presencialidad y que deben ser tenidos en cuenta. En este apartado existe una tarea fundamental del profesor online, que es la Planificación de la Docencia a través de las diferentes Presencias Docentes: cognitiva, social y didáctica. En este apartado se está hablando de la evaluación, del feedback formativo. Este está vinculado directamente a la presencia didáctica y cognitiva, así como la inteligencia emocional lo está a la presencia docente social.
- Metodologías activas con TIC
Como hemos comentado anteriormente, las TIC sin una buena metodología que las integre tienen poca vida útil a nivel educativo. La metodología también debe ser adaptada a las características de los estudiantes y a su nivel competencial y de autonomía personal, sin olvidar los entornos virtuales a través de los cuales queremos crear experiencias de aprendizaje en línea.
- Creación y selección de materiales educativos online
Una de las diferencias más evidentes entre la docencia online y la presencial son los materiales. Una buena selección de los mismos así como el conocimiento de los criterios básicos a tener en cuenta para su creación, son clave en el acceso y manejo de los contenidos por parte de los estudiantes. Es importante tener en cuenta las características de los estudiantes que van a disfrutar de estos contenidos para adaptarlos a ellos personalizando al máximo la experiencia educativa. Actualmente en las aulas tenemos a los llamados Millennials, Centennials y Alfa, generaciones digitales con características muy diferentes a las de aquellos profesionales que les están impartiendo docencia. La edad y el momento vital de los discentes son factores clave en el diseño de materiales. Estos contenidos no deben ser el centro de atención en la docencia online, ya que es imprescindible crear experiencias de aprendizaje que los trabajen de manera íntegra y transversal. Aquí, la experiencia de usuario es fundamental, y ésta debe ser diseñada de acuerdo a todo lo anterior.
- Diseño tecnopedagógico para el e-learning
Y, por último, pero no por ello menos importante, se encuentra la base de toda experiencia educativa, la arquitectura del diseño de aprendizajes, el diseño tecnopedagógico. A través del mismo podemos tomar las decisiones más acertadas para crear experiencias de aprendizaje de alta calidad. Además, es la única llave que nos permite reajustar toda la formación si las condiciones cambian, como es nuestro caso, ya que todavía son inciertas. En este apartado es donde se tienen en cuenta los 3 puntos anteriores de manera integral, creando una estructura piloto que debe ser revisada y mejorada una vez puesta en práctica.
Existe una gran cantidad de modelos de diseño tecnopedagógico que pueden ayudar en este proceso de diseño de la experiencia educativa. Un mal diseño contribuye a una carga temporal desproporcionada tanto para el docente como para el estudiante, problema generalizado que se ha observado durante la docencia digital de emergencia. En este espacio debe ser considerado el tiempo de trabajo del estudiante y del profesor, para crear un equilibrio posible de abarcar y coherente al diseño. Es aquí donde se establece qué momentos pueden ser síncronos (de haberlos) y cuáles asíncronos, otro de los temas realmente controvertidos en esta etapa de docencia a distancia de emergencia, donde las clases presenciales se pasaron al formato virtual a través de reuniones en plataformas de conferencia. El diseño tecnopedagógico nos ayudará a planificar de manera exacta cada fase de trabajo para crear el curso.
La formación del profesorado como clave
Para reducir el impacto negativo que la Covid-19 está teniendo en la educación es necesario contar con equipos directivos responsables en la capacitación de su profesorado, ya que éste es el que tiene la misión de formar a estudiantes activos y autónomos. Necesitan tener esta visión amplia del concepto de docencia online de calidad para saber cribar entre la inmensa oferta educativa actual y así desbrozar hasta localizar aquella que es de calidad.
Dominando estas 4 claves de la docencia en línea los profesores serán capaces de gestionar su docencia en esta etapa tan incierta, ya que lograrán tener el control sobre su materia y actividad docente tanto para trasladarla a un entorno presencial, online o mixto.
Un futuro de esperanza educativa
Como se puede observar, aquí no se ha hablado de herramientas TIC ni tampoco de la competencia digital docente en sí misma. En este listado de claves de la docencia online se abordan cuestiones del aprendizaje en línea prácticas y vinculadas directamente a la calidad educativa, más allá de los medios tecnológicos que se pueden usar.
La necesidad de transformación de la enseñanza no presencial en situaciones excepcionales (como ha ocurrido con la emergencia sanitaria provocada por COVID19) al aprendizaje en línea, brinda oportunidades para la innovación en educación, pero también desafíos ligados al proceso de planificación, diseño, elaboración, implementación, gestión y evaluación de la formación.
Para finalizar este artículo, queremos parafrasear a Cristóbal Cobo (2020) quien dice “el desafío no está en usar el dispositivo tecnológico, sino en aprender a pensar distinto”. La educación virtual ha venido para quedarse y por tanto, es la mejor oportunidad para conocerla, dominarla e incluso, transformarla.
Las autoras de este artículo forman parte del equipo docente de LiCLOUD, curso de especialista universitario de la Universidad de Extremadura cuyo objetivo es formar a expertos de alto nivel en experiencias educativas completas de alta calidad en ambientes de aprendizaje online, a través de metodologías activas, cloud computing y modelos de diseño tecnopedagógico.
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