Con la situación de confinamiento que hemos vivido, sentimos la necesidad de seguir al día, de no perder el contacto con nuestro alumnado y de ser constantes en una tarea que, en ocasiones no llegaba, o no se sabía cómo hacerla llegar. Todo esto, unido al estrés que muchas familias han sufrido por su situación laboral, provocó que en el centro se decidiera retomar el trabajo por proyectos que ya muchos y muchas veníamos haciendo con anterioridad. Hasta entonces, y tras varios claustros virtuales, se puso una fecha para empezar con la iniciativa a mediados de mayo. De ahí, nace nuestro proyecto gamificado del tercer ciclo de Educación Primaria: ‘Misión Titanic’.
Nuestra finalidad era, sobre todo, que nuestro alumnado notara que estabamos cerca, motivarles y conducirles a una aventura que los sacara de la rutina tediosa de las tareas del día a día.
El ‘viaje’ de los estudiantes
Para llevarlo a cabo, el ciclo se reunió para plantear y dejar claro el punto de inicio del proyecto. Partimos de las ideas que nos fue lanzando el propio alumnado. Muchos de los estudiantes mostraron interés en temas de historia o en conocer la leyenda del Titanic.
También surgió la necesidad de darle un sentido aún más motivador, por lo que tomamos la temática de la serie ‘El Ministerio del Tiempo’. De esta forma, articulamos una narrativa integrada con la serie (a la que es aficionada una parte del alumnado del centro) y la leyenda del Titanic… y comenzamos a trabajar.
En la historia planteada, se invita a los alumnos a participar en un viaje al pasado, donde tienen que vivir de primera mano el hundimiento del Titanic. Pero su viaje es fruto de la situación actual, pues el Ministerio del Tiempo averigua que ciertas personas que viajaban en el Titanic eran importantes científicos, y su descendencia habría sido fundamental para evitar la actual pandemia. Para ello, se manda a un grupo de casi ochenta alumnos y alumnas al pasado a vivir de primera mano el hundimiento, y a pasar unas misiones (tareas) de las cuales debían alcanzar un mínimo de seis puntos para poder continuar con vida y llegar a las costas de Norteamérica.
El ‘día a día’ de la misión
Los estudiantes descubrieron la aventura mediante un trailer motivacional que les fue enviado de forma simultánea antes de iniciar el proyecto. Pasados unos días, comenzamos con un documento en Genially donde se les explica la narrativa, sus misiones y la tarea inicial. El resto de tareas se les va mandando a través de ‘Google Classroom’. Como producto final, y mediante una videollamada en grupos, han tenido que crear un portfolio digital con una selección de las mejores misiones realizadas.
Así y mediante la creación de un documento compartido, fuimos planteando las tareas a realizar y su evaluación, llegando a una gran variedad de las mismas, de forma interdisciplinar, para integrar todas las áreas. De todo esto, lo que teníamos claro era que el trabajo tenía que ser lo más competencial posible, prueba de ello, son las tareas planteadas a lo largo de todo el proceso.
Entre ellas, han destacado la redacción de noticias para un periódico, la práctica de una danza irlandesa, la realización de gráficos con los datos estadísticos del hundimiento, el trabajo del vocabulario específico con la creación de cuentos, distintas reflexiones sobre las clases sociales, rutinas de pensamiento para trabajar la comparación de familias en los distintos siglos, discursos en francés simulando ser el capitán Smith…
Satisfacción de docentes y alumnado
Para el profesorado de este ciclo ha sido todo una auténtica aventura llevar este proyecto a cabo, donde el trabajo en equipo ha sido clave. Seguimos en proceso, y los resultados están siendo muy positivos. No solo el alumnado está respondiendo, sino que sus familias también se han implicado a niveles inesperados, y recibir el feedback de muchas de ellas es lo que nos hace seguir adelante.
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