¿Cuál es la mejor hora para realizar exámenes en la Educación Superior? A esta pregunta ha querido dar respuesta Pau Balart, profesor de economía de la Universidad de les Illes Balears con su estudio Rendimiento y horario en las pruebas de conocimiento: evidencia de la educación superior. Esta investigación es la última de las publicaciones de las fundaciones Ramón Areces y Europea Sociedad y Educación dentro de su colección Monografías sobre educación.
El autor parte de las siguientes preguntas de investigación: ¿afecta el horario al resultado de las pruebas de conocimiento? En caso de afectar, ¿en qué franjas horarias se puede esperar un mejor o peor rendimiento?, ¿qué razones explicarían las posibles diferencias en el rendimiento que pueden aparecer a lo largo del día?
Mejor rendimiento en las horas centrales del día
Según el estudio, los estudiantes exhiben un peor rendimiento cuando las pruebas se llevan a cabo en las franjas más tempranas y tardías del día. Estos efectos no lineales podrían ser causados por dos fenómenos distintos que afectan al rendimiento durante el transcurso de un día. Por un lado, la fatiga cognitiva a medida que transcurre la jornada explicaría el peor rendimiento observado en las franjas tardías. Por otro lado, los ritmos circadianos específicos de los adolescentes y de los jóvenes adultos les hacen susceptibles de sufrir efectos adversos en el rendimiento académico en las franjas más tempranas del día.
Atendiendo al género del alumno, las estudiantes muestran un mayor declive en el rendimiento que los varones en las franjas de horario tardías, siendo su rendimiento estadísticamente más bajo en la última franja horaria. En cambio, los hombres muestran un peor resultado que las mujeres en las franjas horarias más tempranas, siendo estadísticamente significativa esa diferencia a primera hora.
¿Cómo se realizó el estudio?
A partir del análisis de 6.059 observaciones procedentes de pruebas realizadas durante el curso 2018-2019 a miles de alumnos de la Universitat de les Illes Balears, se observa que el horario en el que se lleva a cabo una prueba de conocimiento ejerce un efecto causal sobre el resultado que se obtiene en las mismas. Como señala el autor, ‘en el contexto de un sistema educativo descentralizado, donde cada escuela e instituto fija las pruebas y los horarios de manera autónoma, es importante tener presentes estos efectos y, en la medida de lo posible, dar unas pautas sobre los horarios más convenientes. Esto podría ser también especialmente relevante en aquellas pruebas con consecuencias irreversibles y que determinan especialmente el futuro académico de los estudiantes, como es, por ejemplo, la prueba de acceso a la universidad’.
El sistema educativo: horarios vs rendimiento
Explica el autor que ‘los hallazgos de este estudio son relevantes desde el punto de vista académico, organizativo y de políticas públicas, especialmente en lo que respecta a la discusión actual sobre las medidas encaminadas a mejorar la racionalización de los horarios en España’.
Siendo todos ellos merecedores de consideración, es destacable esta recomendación en el contexto de la actual crisis sanitaria generada por la Covid-19: ‘actualmente, el sistema educativo se encuentra con restricciones a la hora de habilitar espacios donde llevar a cabo pruebas de evaluación. La forma más habitual de hacer frente a estas restricciones incluye dos modalidades. La primera consiste en habilitar espacios y vigilantes adicionales para llevar a cabo el examen. Otra posibilidad es dividir a los estudiantes en dos grupos y realizar las pruebas de manera consecutiva. Los resultados de este trabajo desaconsejan el uso del segundo mecanismo. Si bien permite ahorrar costes en términos de espacio y de vigilantes de las pruebas, se ha mostrado que, en caso de aplicarse la prueba en momentos distintos del tiempo, el efecto del horario podría estar afectando negativamente a la equidad’, afirma el doctor y docente en Economía Pau Balart.
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