La educación emocional debe estar presente desde las primeras edades en casa y en los centros educativos. Hemos buscado, seleccionado e incluso probado algunos juegos especialmente diseñados para educar en valores y fomentar la inteligencia emocional de una forma lúdica y muy divertida.
Emötiö
El objetivo principal de este juego es que los menores aprendan a expresar sus emociones y estados de ánimo más allá del ‘bien’ o ‘mal’. Para ello, los jugadores tendrán que tirar un dado y realizar una acción que les dicte la carta que recojan. Pueden ser seis: inventar una historia, explicar una situación, adivinar una emoción explicada por los demás, representar la emoción sin hablar, valorar algo que haya ocurrido ese día o empatizar con otra persona. Está pensado para menores a partir de 5 años y es posible adaptarlo por niveles de edad.
Emoción!
Compuesto por una baraja de 60 cartas ilustradas con emociones, es una versión del popular juego UNO para trabajar la inteligencia emocional. En él, hay que ir tirando cartas que coincidan en color o número y robando si no se tiene ninguna que corresponda. La baraja está separada en 12 familias de emociones con 5 niveles de intensidad. También ofrece la posibilidad de jugar con sus cartas al cinquillo, ordenando las familias hacia arriba o hacia abajo con respecto a tres cartas centrales. La edad recomendada de este juego es a partir de 4 años.
Roll & Play
Pensado para los más pequeños de la casa, está formado por un dado de peluche de gran tamaño y 48 cartas. Las cartas de color amarillo hacen referencia a emociones, por lo que los jugadores tendrán que imitar la emoción indicada en estas, poniendo cara de enfado, por ejemplo. El resto de cartas que componen la baraja indican otras actividades como imitar el ruido de un animal o realizar acciones para estimular la memoria y la psicomotricidad. Es un juego para que los menores a partir de 2 años puedan comenzar a conocer qué son las emociones.
Monster kit
Permite trabajar las emociones a través de la reconstrucción de monstruos. Compuesto por una baraja con cartas de 5 colores que representan diferentes partes del cuerpo, los jugadores tendrán que hacer 5 montones y escoger de ellos una carta para después tratar de dibujar a su monstruo con las cartas del cuerpo indicadas. Aquí es donde intervienen las emociones, pues cada persona tiene la capacidad de representar al monstruo a su manera: feliz, triste, enfadado… Está recomendado para mayores de 3 años.
Mundo cruel
¿Es cruel matar una hormiga? ¿qué sientes cuando alguien se ríe de ti?… son algunas de las preguntas que plantea este juego cuyo objetivo principal es acercar algunas preguntas de filosofía de una manera divertida y educativa. Está formado por una serie de cajas en forma de libro compuestas por diferentes láminas, preguntas e ilustraciones. Con él, es posible hacer reflexionar y debatir a los jugadores sobre diversos temas relacionados con valores y emociones, trabajando de esta manera su capacidad de razonamiento y desarrollando su empatía. La edad recomendada es a partir de los 8 años.
Storycubes
Sus dados (9, en total) sustituyen los puntos que representan los números por una imagen diferente en cada cara: un estado de ánimo, un lugar, un objeto, un símbolo… Su combinación dará lugar a divertidas historias, que tendrán que crear los propios jugadores. Además de ser un juego rápido y divertido, puede utilizarse como recurso didáctico dentro del aula para fomentar la creatividad y la imaginación de los estudiantes.
Mutkids
En este conjunto de 25 cartas están incluidas las cuatro emociones básicas del ser humano: la tristeza, la alegría, la rabia y el miedo. Después de escoger una carta, el menor deberá hacer gestos o muecas a los demás participantes hasta que logren descubrir qué emoción está describiendo. Además de ser un recurso adecuado para trabajar las emociones primarias y el autoconocimiento, este juego también permite crear una dinámica de diálogo entre todos los jugadores.
Emopark
Está formado por un tablero y diferentes marionetas que serán las protagonistas de la partida. Con ellas, uno de los jugadores intentará imitar a los diferentes personajes que aparecen en el tablero central (cada uno representa una emoción distinta) y los demás deberán descubrir de quién se trata.
La oca de las emociones
Una variante del tradicional ‘Juego de la Oca’ que añade el valor emocional para trabajar con niños a partir de 3 años. En este juego se incluye un tablero en el que los jugadores se irán encontrando variadas casillas de acción: actividades de refuerzo positivo como adivinar una cualidad de otro usuario; casillas de emociones: animales que representan una emoción y en la que hay que responder a la pregunta de ‘¿en qué momento sientes la emoción descrita en el juego?’…
Ikonicus
¿Qué pensaría tu compañero en esta situación? Este juego está formado por una baraja de cartas con símbolos aleatorios. El papel de cada jugador será imaginarse una situación con cada carta e intentar adivinar cómo se sentiría el resto del grupo en cada una de ellas. Por ello, también es un juego perfecto para trabajar la empatía.
Emoticapsules
Con este juego se conocen y trabajan las emociones de los estudiantes de corta edad, entre los 2 y los 6 años. El principal objetivo del juego es que los más pequeños conozcan sus emociones, sus estados de ánimo y descubran cómo gestionarlas. Está indicado para jugar en familia y su funcionamiento es muy sencillo: cuenta con 6 cápsulas que representan a las emociones básicas (alegría, tristeza, miedo, enfado y asco) y en las que los jugadores tienen que ir metiendo objetos que relacionen con esa emoción, además de explicar la razón. De esta forma, los estudiantes verbalizan sus sentimientos y los docentes pueden empatizar con sus emociones.
APLI Kids – Juego magnético para explorar estados de ánimo
Ayuda a descubrir las emociones a través de la expresión facial. Dirigido a estudiantes a partir de 3 años, el juego se compone de imanes para aprender a verbalizar las emociones intercambiando las diferentes piezas de las caras. De esta manera, el alumnado de corta edad puede reconocer los diferentes gestos faciales y explorar sus propios estados de ánimo.
Quorum Life
Orientado a estudiantes a partir de 15 años, el objetivo de este juego de mesa es la educación en valores a través de dilemas éticos que el alumnado tendrá que resolver haciendo uso de una escala de valores propia. Con esta dinámica, los estudiantes mejorarán la habilidad para expresar su opinión sobre diferentes temas y fortalecerán sus argumentos mediante el debate con los demás compañeros.
Feelinks, el juego de las emociones
En este juego de cartas están presentes las emociones, pero también la empatía que provocan hacia los demás. Ideal para jugar en familia o con estudiantes de Secundaria, se trata de identificar en el compañero la emoción que produce una determinada situación y reflexionar si siente lo mismo o no y, así, dar lugar a un interesante debate entre los jugadores. En clase, es una buena forma de que los estudiantes se conozcan a sí mismos además de poder identificar la razón de sus emociones frente a una problemática.
Plan Toys Memo estados de ánimo
Dirigido especialmente para estudiantes de Infantil, este juego de memoria resulta ideal para que al alumnado de corta edad se familiarice con las emociones a través del sencillo juego de las parejas. Son 12 las emociones representadas en las fichas de distintos colores. Una buena manera de fomentar la Educación Emocional en el aula desde edades tempranas.
La caja de la calma
De Hippy kids Yoga. Esta preciosa caja está realmente llena de sorpresas pensadas para que los estudiantes practiquen yoga y mindfulness.
Se trata de todo tipo de objetos, recursos y actividades que les resultan muy divertidas y con las que pueden aprender de manera sencilla a observar su respiración (soplador de bola mágica, ranita para respirar), calmarse y relajarse (varita mágica de la calma, pelota antiestrés, libro de mandalas), regular las emociones (rueda) y practicar posturas de yoga (cartas mágicas de yoga, comecocos) con juegos y dinámicas pensadas para ellos.
Abrir la caja es todo un placer para los estudiantes que van descubriendo los distintos objetivos y sus usos con gran emoción. Se trata de un kit muy especial ideal para usar en casa y también en el cole.
En la misma línea, y para trabajar posturas de yoga y juegos de mindfulness y relajación, existen otro tipo de cartas como EduYoga y Yoga kids.
El juego de los Tótems
Os mostramos otra caja muy especial que, en este caso, está destinada a desarrollar y fomentar los valores con el alumnado.
Se trata de un juego pensado para crear un espacio muy especial y necesario para el diálogo y la expresión de las emociones en el seno de la familia, aunque también tienen una versión para colegios. A los niños les encanta por su ¡toque mágico!
El funcionamiento de El juego de los Tótems es que cada miembro de la familia debe abrir la tapa y sacar de la caja cada semana una pieza o tótem con un valor diferente: amistad, respeto, diversidad, tolerancia… Una vez que todos tienen el suyo, cada uno lo va explicando poniendo ejemplos de modo que todos los demás entiendan perfectamente el significado de los tótems. Durante esa semana, cada uno debe comprometerse a poner en práctica su valor en el día a día de la familia. Pasados los 7 días, la familia se reúne de nuevo e intercambia impresiones sobre cómo lo han utilizado y cómo se han sentido. Después de remover de nuevo la caja mágica, cogen un nuevo tótem para la siguiente semana. ¡Si alguno repite Tótem es porque la magia considera que puede mejorar!
El Perruco
Con este divertido juego de mesa para toda la familia, es más fácil aprender y reconocer las emociones básicas: alegría, miedo, asco, Guiados por un personaje llamado El Perruco, los jugadores van moviéndose por el tablero al estilo del Juego de la Oca.
Además, también disponen de un cuento en edición digital con dos versiones: una en flash en la que podéis pasar las páginas vosotros mismos e irlas leyendo y otra en vídeo con una narradora «de lujo», Blanca, de 5 años.
Existe otro juego similar La oca de las emociones para expresar las emociones jugando. También ofrecen Mutkids, un juego de cartas muy interesante con preguntas emocionales a partir de los 5 años.
Emotiblocks
Es una forma muy divertida de familiarizarse con las primeras emociones a través de divertidas actividades de observación y manipulación. Está compuesto por 6 personajes con piezas de cabezas, que representan diferentes emociones, pelos y cuerpos intercambiables, que permiten dotarles de personalidad. Hay más de 100 combinaciones posibles. El juego se acompaña de fichas de actividades y guía didáctica, muy adecuados para compartir horas de juego y emociones en familia. A partir de 2 años.
Ikonikus
Se trata de una baraja de cartas muy particular que solo contiene símbolos, pero las interpretaciones son infinitas porque todo depende del contexto y del punto de vista de cada uno de los jugadores.
Además de seguir las pautas que ofrece el juego, es posible utilizarlas para muchas actividades diferentes y estudiantes de todas las edades. Por ejemplo, planteando una situación concreta (de conflicto o alta carga emocional), cada jugador escoge 4-5 cartas que representen lo que esa situación les hace sentir. Luego tienen que ponerlo en común expresando sus sentimientos.
Emociones detective
Los jugadores tomarán el rol de detectives para identificar las emociones propias y ajenas. De esta forma, cada participante tendrá que verbalizar los sentimientos que le alteran y descubrir diferentes estrategias que les permitan regular los estados de ánimo. Para llevarlo a cabo, el primero girará la flecha de la ruleta para ubicarse en un entorno concreto (casa, parque, escuela…), cogerá una tarjeta del ambiente que les ha tocado y la colocará boca arriba, mientras que la imagen misteriosa estará boca abajo. El jugador tendrá que contar al resto qué está pasando y describir lo que piensa que pasará después.
Te lo digo con la cara
Creado con el objetivo de desarrollar la inteligencia intrapersonal e interpersonal en niños de 2 a 8 años (edad recomendada), propone explorar y reconocer las emociones de los compañeros y las propias. Por eso, los jugadores deberán asociar los sentimientos e inquietudes que poseen con las expresiones faciales que aparecen ilustradas en las tarjetas.
Emociones y acciones
Cuenta con 40 cartas con diferentes estados de ánimo para crear, junto a los más pequeños, diversas actividades como reconocer las emociones, comunicarse de forma no verbal a través de gestos y expresiones faciales, desarrollar la autonomía, la imaginación, la identidad y descubrir cómo gestionar las actitudes. Además, incorpora un manual de instrucciones para llevar a cabo los juegos propuestos. Dirigido a niños de 1 a 4 años.
Caja mágica
Incluye una selección de juegos con once dinámicas diferentes para desarrollar la expresión emocional, el autoconocimiento, la autoestima, la confianza y la empatía. Así, propone diversos ejercicios colaborativos con el fin de crear un espacio de comunicación interpersonal y mejorar la cohesión grupal y la convivencia con los compañeros, las amistades o los familiares. La caja contiene 30 cartas de emociones, 25 tarjetas sorpresa y un libro de las emociones con pautas. Está recomendado para mayores de 4 años.
Descubro las emociones
Está basado en el libro de ‘El monstruo de colores’: una historia que habla de un personaje ficticio que no logra entender qué le sucede y cómo lidiar con sus emociones. Este juego, por su parte, plantea 10 actividades diferentes para explorar, nombrar y controlar emociones como la tristeza, la alegría, el miedo o la calma. La caja dispone de un libro de instrucciones para adultos o tutores de los pequeños, un espejo del monstruo, distintos frascos y pompones, una pizarra magnética, multitud de tarjetas y una rueda con diferentes emociones.
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