Los primeros años de vida se caracterizan por una gran capacidad creativa e imaginativa. Por ello, es importante fomentar esa actitud y motivar el desarrollo de la imaginación de los más pequeños todo lo posible tanto en casa como en el aula. Existen múltiples formas de incentivar estas destrezas, ya sea mediante la realización de actividades artísticas o visualizando charlas donde la creatividad es la protagonista.
A continuación, os mostramos algunas ideas para sacar el máximo partido a la imaginación.
Diario de sueños
El mundo onírico representa la imaginación llevada al máximo. En él puede ocurrir cualquier cosa y es posible aprovechar su versatilidad para trabajar la imaginación. Animar a los menores a crear un cuaderno donde apuntar sus sueños es una forma divertida y fructífera de trabajar esta facultad. Pueden escoger el que más les guste e incluso decorarlo para que la actividad sea más personal. Después, tendrán que relatar en él, en forma de diario, aquello que han soñado durante la noche. Además de fomentar la imaginación, es una buena manera de estimular la memoria y de tener un recuerdo original para el futuro.
Teatro de sombras chinas
Con una sábana blanca y una lámpara, es posible representar en forma de teatro todas las historias que los menores sean capaces de imaginar. Debido a su sencillez, es una actividad que puede realizarse tanto en el aula como en clase. Para estimular aún más la imaginación y la creatividad, los participantes pueden crear su propia obra de teatro: elegir la trama, los personajes, el escenario… y posteriormente reproducirlo sin miedos frente al público. Otra idea puede ser recurrir a una película que los menores tendrán que imitar para que sus compañeros traten de adivinar de cuál se trata.
Pintar música
Combinar estas dos actividades artísticas permite estimular tanto la imaginación como los sentidos. Para llevarla a cabo es necesario contar con folios, rotuladores, un reproductor de música y muchas ganas de explorar la creatividad. Los menores pueden trabajar en grupo, creando un mural, o de manera individual para después exponer a sus compañeros qué es lo que han querido transmitir con su dibujo musical. Es posible trabajar este ejercicio con cualquier género y, aprovechar, para enseñar a los más pequeños clásicos de la historia. Un ejemplo para poner en práctica esta actividad puede ser la canción de Bohemian Rhapsody de Queen, con la que podrán expandir estas destrezas al máximo.
Escribir relatos en equipo
Para realizar en clase de Lengua o desde casa, los menores tendrán que escribir un relato breve de creación propia trabajando en equipo. El docente o los padres serán los encargados de elegir la frase inicial, a partir de la cual los participantes tendrán que comenzar a desarrollar una historia. Cada uno escribirá un par de frases para dar continuidad al relato pero con una condición: solamente podrán leer la última palabra que ha escrito su compañero y seguir redactando según ellos crean para tratar de formar un cuento coherente. Cuando la última persona ha terminado su parte, se procede a leer todo el relato. ¿Tendrá sentido la historia?
Fiesta de disfraces
Una forma muy divertida de desarrollar la imaginación es disfrazándose. Crear disfraces propios tratando de emular animales, objetos o personajes famosos con objetos que pueden encontrarse por casa es una actividad original para realizar en familia o con amigos. Los menores tendrán que elaborar sus creaciones con todo lo que encuentren, estimulando su imaginación para tratar de conseguir un resultado donde la creatividad sea la protagonista. Una vez disfrazados, es posible organizar un pequeño desfile casero, donde los menores tendrán que lucir sus trajes.
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