Los prototipos y desarrollos que mostramos a continuación sirven de referencia para imaginarse cómo serán las aulas dentro de unos años, así como los dispositivos con los que docentes y estudiantes convivirán en su día a día.
La alfombrilla inteligente
¿Y si los estudiantes pudieran desdibujar la división entre el mundo físico y el digital? ¿Qué pasaría si al utilizar juguetes, cartas de aprendizaje o bloques para programar la sensación que tuvieran es que todo cobra vida? Esta es la idea sobre la que se ha desarrollado el proyecto Zanzibar de Microsoft: una alfombrilla portátil y flexible que se conecta al ordenador para detectar los objetos que se colocan sobre ella. Luego, hace posible interactuar con ellos a través de gestos multitáctiles. Gracias a ella, el alumnado desarrolla diferentes actividades autodirigidas a partir de objetos físicos que les ayudan en su aprendizaje. Por ejemplo, podrían jugar con un objeto físico y una baraja de cartas con letras: la alfombrilla identificaría este objeto y habría que formar la palabra correspondiente que se mostraría en la pantalla del ordenador.
Una pizarra de vidrio que… ¡graba las clases!
Michael Peshkin, docente en la Universidad de Northwestern (Estados Unidos), ha creado una pizarra que convierte el contenido escrito sobre ella en un vídeo gracias a la cámara que incorpora. Esta pizarra se compone de un panel de luz de vidrio de 10 mm de grosor en el que el cristal se ilumina internamente desde los bordes superiores e inferiores mediante unos LEDs. La sensación que tendrían los estudiantes, además, es que toda la información flota porque se utilizarían unos rotuladores especiales de tinta fluorescente.
Un bolígrafo que pinta sensores
Este prototipo de bolígrafo creado por un grupo de nanoingenieros de la Universidad de California permitiría a los estudiantes de ciencias crear los sensores que necesitan para sus experimentos con el simple gesto de dibujarlos. Para ello, la tinta tradicional ha sido sustituida por unas tintas biológicas que reaccionan ante diferentes sustancias y señalan su presencia. Una de estas tintas ha reaccionado, por ejemplo, a la glucosa y facilita medir este nivel en sangre directamente desde la piel, porque su aplicación es segura para la salud. No obstante, el bolígrafo es aplicable a cualquier otro medio, siempre que se utilicen sustancias que reaccionen a los productos químicos en cuestión: desde contaminantes en cosméticos a pesticidas en hojas de plantas, etcétera.
Hologramas que desempeñan funciones docentes
Hablar de hologramas y, concretamente, de su aplicación a la educación suena a
ciencia ficción. Sin embargo, ya se van conociendo iniciativas pioneras como la del Instituto Tecnológico de Monterrey: realizó un proyecto piloto en el que un grupo de estudiantes asistió a una clase en la que el profesor no estaba allí de forma presencial, aunque sí su imagen. Para ello, se emplearon robots: el docente controlaba sus movimientos a través de una pantalla para conseguir simular que en realidad sí que estaba en el aula.
Teclado y ratón en los dedos de la mano
Hoy en día parece imposible que un ordenador de sobremesa o portátil se utilice sin teclado ni ratón, ¿o tal vez no? Strap es un wearable que promete cambiar la manera de interactuar con estos equipos, así como con tabletas y smartphones. Colocado en los dedos como si fuera un conjunto de anillos, transforma los gestos que se realizan con las manos en diversas acciones. Es el único de los dispositivos de esta selección que ya ha dejado de ser un prototipo para empezar a comercializarse.
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