Cuando los adolescentes de hoy en día emplean la palabra ‘boomer’ no lo hacen como un insulto encubierto a la Generación ‘Boomer’, es decir, a aquellas personas nacidas entre los años 1946 y 1964. En la actualidad, el significado ha mutado y la usan, de hecho, como sinónimo de desfasado, chapado a la antigua o simplemente de alguien que no está al día y sobre todo, que no pretende estarlo. De hecho, he oído decir a algún estudiante que se puede tener veinte años y ser un auténtico ‘boomer’.
Elaboración del ‘Diccionario para boomers’
Lo que empezó como un proyecto de clase para comprender los procesos de formación de palabras ha acabado convirtiéndose en uno de los retos más emocionantes y divertidos del curso: la elaboración del ‘Diccionario para boomers’.
A lo largo de varias semanas, el alumnado ha recopilado y confeccionado las definiciones de los neologismos que usan últimamente y que los adultos no entendemos ni por asomo, como ‘refachero’ (algo bonito), ‘looterar’ (recopilar armas en un videojuego), ‘crush’ (amor platónico), ‘random’ (aleatorio), ‘RT’ (abreviatura de retweet), ‘chetar’ (usar trucos para mejorar un videojuego) o expresiones como ‘ser admin’ (para indicar que alguien es muy bueno en algo) o ‘robar el wifi al vecino’ (cuando alguien tiene problemas con su conexión de Internet), por poner solo unos ejemplos. Por supuesto, los han clasificado según la categoría gramatical a la que pertenecen y han procurado definirlos de la misma forma que aparecerían en un diccionario.
Sin duda, hallar la definición adecuada es un arte complejo: requiere paciencia porque es necesario acotar al máximo lo que el término significa para que cualquier persona sea capaz de comprenderla y usarla en un contexto. Y ahí es justo donde reside la dificultad del ejercicio: ser precisos y, sobre todo, muy claros. En ocasiones han tenido que definir expresiones compuestas o locuciones, como por ejemplo ‘en chat’, que se trata de una locución adverbial y cuyo significado es “dejar un mensaje en la bandeja de entrada sin responder sin ni siquiera haberlo abierto; resulta más humillante que en visto”.
El trabajo, realizado en grupos de tres personas, ha permitido jugar con el léxico e ir un poco más allá, ya que en algunos casos han elaborado el diccionario en bloques temáticos. Un grupo de estudiantes, aficionados a los videojuegos y hastiados porque los mayores no les entendemos cuando transitan por el mundo virtual, se han arremangado y han decidido elaborar el ‘Diccionario gamer para boomers’. Una maravilla a la que no le han faltado las definiciones de verbos como ‘nerfear’, es decir empeorar las cualidades de un objeto, personaje o elemento de un videojuego y así aumentar la dificultad; de sustantivos como ‘bot’ para hablar de un jugador inexperto o las siglas ‘GG’ para concluir una buena partida.
El paso a paso de la actividad ‘boomer’
La actividad ha contado con las siguientes instrucciones:
- Crear un documento compartido con un grupo de tres personas.
- Recopilar, a modo de lluvia de ideas, una lista con las palabras o expresiones que utilizan en el día a día.
- Escribir, en una nueva página, una entrada de diccionario para cada palabra.
- Dividir la entrada del diccionario en las siguientes partes: entrada, género y número, categoría gramatical, acepción si la tiene y un ejemplo de uso, siguiendo el siguiente ejemplo:
boomer: adj despect. Persona anticuada con independencia de la edad que tenga. Ej. Soy un boomer porque no entiendo cómo hablan los jóvenes. |
- Una vez elaborado el listado, confeccionar, con la ayuda de Canva, una colección de entradas creativas para decorar la clase (no vaya a ser que el equipo docente siga sin entender cómo hablan).
Conocer los procesos de formación de las palabras
El ‘Diccionario para boomers’ no concluye aquí. De hecho, ha servido como previo para conocer los procesos de formación de las palabras. ¿Se puede separar en lexema y morfemas el término ‘refachero’? Muy empleado en Argentina y cuya etimología deriva del italiano ‘faccia’, que significa cara, se usa cuando algo es bonito o tiene buen aspecto. Ha habido tiempo incluso para crear palabras nuevas a partir de los mecanismos de formación y mediante prefijos y sufijos existentes.
Muchos de los neologismos que se usan hoy en día toman la raíz anglosajona pero añaden morfemas propios del castellano. Por ejemplo, ‘lootear’, que quiere decir recopilar armas o demás objetos durante una partida en un videojuego, viene del inglés ‘loot’ y se le incorpora el morfema flexivo –ear para marcar el infinitivo.
Al final, lo más importante de esta actividad reside en el hecho de que si queremos que los estudiantes se acerquen a nosotros, y por tanto al aprendizaje, tenemos que acercarnos también y estar dispuestos a aprender de ellos. Sin duda, he aprendido a entenderlos un poco mejor.
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