Aunque casi ha pasado un año del inicio de la pandemia, lo cierto es que las medidas sanitarias para evitar su propagación siguen muy presentes en la vida de todos los ciudadanos. En los centros educativos, la ventilación en las aulas sigue siendo fundamental para evitar contagios, una acción a la que también se le pueden añadir complementos para renovar el aire, como los filtros HEPA, o para analizar su calidad, como los medidores de CO2.
En el caso de los medidores de CO2, además de tener en cuenta los niveles de concentración de dióxido de carbono que no se deben sobrepasar en un aula (no más de 700 ppm -partes por millón-), también hay que considerar otros aspectos importantes en el momento de utilizarlos. ‘Ventilación natural en las aulas. Ya tengo el analizador de CO2… ¿y ahora qué?, elaborada por el Laboratorio de Investigación en Fluidodinámica y Tecnologías de la Combustión (LIFTEC) de la Universidad de Zaragoza y el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), destaca algunas cuestiones y consejos importantes acerca del uso de un medidor de CO2 en clase.
Tengo un medidor de CO2… ¿y ahora qué?: tres consejos para el aula
Algunas de las características técnicas de los medidores de CO2 facilitan la lectura e interpretación de los datos, como por ejemplo, la muestra de datos en tiempo real o que cuenten con la tecnología NDIR (Non Dispersive Infrared Detector), un sensor de infrarrojo no dispersivo que se utiliza como detector de gas.
No obstante, también hay que tener en cuenta otros aspectos que subraya la guía de la Universidad de Zaragoza y del CSIC, como el lugar en el que se coloca el medidor, su calibración o la estabilización de la lectura.
- Colocación del medidor en el aula. En la guía se recomienda situarlo alejado de puertas, ventanas y también de las personas. Si el medidor es portátil, se recomienda situarlo en la zona central del aula, a una altura de entre 1,2 y 2 metros de altura. Para ello, se puede colocar sobre un trípode o una mesa dejando al menos un metro de distancia con el estudiante más cercano al aparato. Si el dispositivo va a instalarse en la clase de manera permanente (como en una pared o en el techo), además de buscar la posición más alejada de puertas, ventanas y personas, debe ser en un lugar de la clase que se considere peor ventilado.
- La calibración. Muchos de los analizadores ya cuentan con esa función predeterminada, ya que dicha acción sirve para medir de forma correcta el nivel de CO2 en el ambiente (que no es igual en exteriores que en interiores). La guía recalca la calibración como un aspecto fundamental antes de empezar a utilizarlo por primera vez, además de comprobar que dicha calibración se mantiene. Para hacerlo hay que exponer el aparato al aire exterior y activar la función de calibración.
- Estabilización de la lectura. En la guía destacan la importancia de esperar un breve periodo de tiempo para disponer de un dato de lectura fiable sobre la concentración de dióxido de carbono en el aula. Para ello, recomiendan realizar este ejercicio:
- Hacer la calibración del medidor y anotar la lectura que da al aire libre (que suele ser de 400 ppm).
- Colocar el analizador en un lugar (puede ser el aula) y que llegue al menos a niveles de 700 ppm.
- Volver a sacarlo a la calle y esperar a que baje a un nivel que sea 20 ppm mayor que el primer dato obtenido (si en el exterior la primera vez ha dado 400, esperar a que llegue a 420 ppm). Los minutos que tarda en bajar a ese nivel es el tiempo que hay que esperar para conseguir una lectura fiable de los niveles de CO2 en clase.
Esta actividad puede servir de referencia para las primeras veces que se utilice el medidor, ya que se trata de conocer el tiempo que tarda en dar un dato fiable, una cuestión que también depende del modelo que se esté usando. Por otro lado, es fundamental no pasar mucho tiempo al lado del medidor, ya que puede detectar el CO2 que la persona está exhalando en ese momento y mostrar un dato erróneo.
Además de estos consejos, igualmente es importante la creación de unas fichas para la recogida de datos, ya que pueden resultar muy útiles si, por ejemplo, se están tomando los datos en el aula y de repente se levanta una racha de viento. En ese momento, el nivel de CO2 bajará por la renovación del aire en el aula y eso también hay que dejarlo apuntado. Estas plantillas, en Word o PDF, pueden servir de guía para ello.
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