La gamificación y el Aprendizaje Basado en Juegos son dos metodologías activas que persiguen un mismo objetivo: convertir al estudiante en protagonista de su aprendizaje con el docente como guía. Ambas emplean dinámicas de juego y por eso a veces se confunden. A continuación, se explican las diferencias entre ambas poniendo, además, ejemplos de cada caso.
¿Qué es exactamente la gamificación?
Se trata de una metodología que utiliza elementos de los juegos en entornos que a priori no son lúdicos con el fin de aumentar la motivación de los participantes. Existen diferentes modos de hacerlo. En mi caso, he adaptado al ámbito educativo el entorno de trabajo Octalysis, the Yu-Kai Chou, que aborda la gamificación desde un punto de vista general.
Algunos ejemplos de gamificación serían las actividades lúdicas, los sistemas de recompensa, las barras de progreso, los logros o la sensación de ‘agency’ (las acciones del alumnado influyen y tienen consecuencias). Además, se pueden usar las ventajas de las TIC para gamificar el aula. Así, plataformas como Class Dojo, ClassCraft o Classroom Screen permiten llevar esto al terreno práctico.
Aprendizaje Basado en Juegos (GBL): divertirse en clase
Las siglas GBL que definen a esta metodología provienen de su denominación inglesa ‘Game Based Learning’. En ella se utilizan juegos, ya creados o inventados para la ocasión, con el fin de poder aprender a través de ellos. Así, el juego se convierte en vehículo para afianzar conceptos.
En esta metodología adquiere mucha importancia el nivel de jugabilidad y divertimento del juego en cuestión. Existen algunos creados con el mero objetivo de divertir (suelen tener contenido académico bajo) y aquellos pensados para enseñar algo concreto.
Los creados con el único objetivo de divertir son susceptibles de ser modificados para adaptarlos al contenido que se quiera trabajar. Este es el caso, por ejemplo del Trivial, y aquellos pensados para enseñar algo específico, como el Risk para aprender Geografía. A estas dos opciones, se podría añadir una tercera: crear nuestros propios juegos para enseñar el contenido. Para indagar en este campo, recomiendo Kahoot o Quizlet, que permiten crear sencillos juegos de preguntas. Para ir un paso más allá, existen opciones como Unity o RPG Maker, que permiten diseñar juegos desde cero adaptados a necesidades específicas.
Así, ambas estrategias pueden ser usadas individualmente o en conjunto para obtener un mayor resultado. Se puede comenzar con juegos ya creados para pasar, posteriormente, a la creación de recursos propios.
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