Debido a la situación actual, y aunque se ha instaurado de nuevo la presencialidad en los colegios, los estudiantes más mayores (de Secundaria, Bachillerato y universidad) continúan en su mayoría en un sistema híbrido que les obliga a seguir determinadas clases desde casa. Eso también implica estudiar los contenidos solos, sin interacción ‘física’ con los compañeros.
¿Y si fuera posible que los estudiantes pudieran sentirse ‘acompañados’ de otros alumnos, pero en línea? De eso trata ‘gongbang’, la tendencia que se ha popularizado en Corea del Sur y que se traduce como ‘estudia conmigo’.
Observar a otros estudiantes mientras estudian
Esta tendencia consiste en observar a jóvenes a través de un canal de YouTube (generalmente) mientras están estudiando en sus hogares, pasan las hojas de su cuaderno o realizan esquemas. Surgió en Corea del Sur y lo curioso es que fue antes del comienzo de la pandemia, en el año 2018. En este país, los estudiantes que se preparan las pruebas de acceso a la universidad pueden estudiar hasta 16 horas al día por lo que, al parecer y según el diario ‘South China Morning’, todo comenzó cuando un joven se grabó mientras estudiaba en su habitación. ¿Con qué finalidad? Que sus padres comprobaran que realmente estaba estudiando para los exámenes.
Muchos de estos ‘vblogers’ tienen miles de seguidores en sus canales de YouTube, como es el caso de este o este otro, y sus vídeos, que pueden durar hasta 10 horas, se transmiten en directo. La extensión de los vídeos se debe a que el estudiante no interrumpe las grabaciones aunque vaya a comer o, incluso, se tumbe para descansar. Tampoco suelen interaccionar con las personas que los ven. Su objetivo es ser un compañero de estudio ‘virtual’.
¿Qué aporta esta tendencia al alumnado?
En la situación actual, ¿en qué se beneficia un estudiante teniendo un compañero de estudio ‘virtual’? Tal y como señala la psicóloga Rocío Rivero, “los estudiantes han tenido que reducir el contacto social con sus compañeros, lo que provoca en muchos de ellos ansiedad, miedo, inseguridad y angustia”. Por ello, la experta considera que el ‘gongbang’ (en su justa medida) puede reportar los siguientes beneficios al alumnado:
- Sentirse acompañado mientras se estudia. Tiene prácticamente los mismos efectos que una biblioteca, pero a nivel virtual.
- Reducción del estrés. El ser humano es social por naturaleza y necesita del contacto con los demás.
- Aprender de otros. La importancia de vernos con nuestros iguales nos hace tener un modelo a seguir como forma de aprendizaje.
- Disminuir la ansiedad e inseguridad. Cuando vemos a personas que están preparándose lo mismo que nosotros (la tarea del estudio) nos fijamos en cómo lo hacen ellos y cómo lo hacemos nosotros. De esa manera se afianzan o modifican los objetivos, incrementando la seguridad en uno mismo.
- Aumentar la motivación y ganar fortaleza mental. Compararnos con otros, de un modo sano y marcarnos objetivos mejora nuestra motivación.
No obstante, Rivero también destaca dos inconvenientes que los estudiantes deben tener en cuenta: la importancia de no dejar de lado otras actividades por estudiar demasiadas horas al día (al ver al compañero de estudio ‘virtual’ hacerlo) o compararse demasiado con los demás sin dar pasos para avanzar en las metas marcadas.
‘Gongbang’ en España
El ‘gongbang’ también ha llegado a otros países como Estados Unidos, Reino Unido, la India o España. En nuestro país, un ejemplo es el canal de YouTube ‘Diario de un MIR’, dirigido a estudiantes de Medicina. En este caso, el joven, además de grabarse mientras estudia, lleva a cabo la técnica Pomodoro: estudiar durante 25 minutos, hacer un descanso de cinco, y volver a empezar.
Pero también existen otras opciones similares en plataformas como Twitch, que funcionan como comunidad y en la que la interacción es mayor que en YouTube. Jaime Altozano es un youtuber musical (con más de dos millones de seguidores), que durante la cuarentena creó una sala de estudio para sus seguidores de Twitch en la que a través de sesiones en directo de unas tres horas de duración, las personas conectadas podían estudiar o trabajar acompañados de Altozano. Estos directos de productividad se dividían en dos grandes bloques de trabajo en los que iba sonando la música del youtuber, un descanso y una charla final, además de distintos bots con los que gamificar la experiencia. También, y en esta misma plataforma, existen otras salas de estudio como esta, en la que los seguidores solo pueden hablar entre ellos al comienzo de la emisión, en los descansos y al final.
Por último, y si el objetivo es que varios compañeros de clase se ‘junten’ de forma virtual para estudiar en grupo hay varias opciones, como las salas de grupo de Microsoft Teams o Discord, un servicio de mensajería instantánea dividido por canales.
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