El inicio de esta actividad se remonta al curso 2018-2019 cuando, con motivo del bicentenario del Museo Nacional del Prado, planteé al alumnado de 3º de ESO la recreación fotográfica de obras pictóricas y escultóricas del Renacimiento y el arte Barroco español. Al observar el interés y la motivación de los estudiantes y la calidad de buena parte de los resultados, he seguido repitiendo la experiencia en los cursos siguientes.
Este año, la actividad de recreación fotográfica se ha orientado hacia la pintura barroca, con el objetivo de que los alumnos de 3º de ESO pudiesen trabajar en la materia de Geografía e Historia sobre la obra elegida desde un punto de vista distinto y personal. Para ello, se dividió la actividad en dos partes: una práctica y otra teórica.
¿Cómo fue la parte práctica?
Para la parte práctica, recopilé una treintena de imágenes representativas de diversos autores para crear una pequeña base de datos, que puse a disposición del alumnado (primero en clase y luego en la plataforma Microsoft Teams) y pedí a cada uno que eligiese una obra. Como las circunstancias sanitarias desaconsejan el contacto entre alumnos, la búsqueda y elección de pinturas se redujo a escenas protagonizadas por un solo individuo, lo que provocó que muchas de las representaciones más importantes de este periodo fueran descartadas.
La intención de esta primera parte va más allá del simple reconocimiento visual de las obras. El objetivo es que el alumnado también profundice en la obra desde un punto de vista técnico. Para conseguirlo, les pedí que se emulasen la postura del personaje, el encuadre, el vestuario, el colorido, el tratamiento de la luz, los objetos de la escena, el fondo, etc. y, después, retrataran el resultado. Además, les pedí que evitasen el uso de filtros o programas de edición fotográfica, sobre todo para que primase la experimentación con la representación de la luz; elemento esencial en todas y cada una de las manifestaciones del arte barroco.
¿Y la parte teórica?
La segunda parte consistía en analizar y comentar la obra de arte elegida. Para ello, el alumnado tuvo que investigar acerca de su pintura y realizar un trabajo escrito que incluyese los siguientes aspectos: título y autor, breve biografía del artista, material y soporte, fecha, dimensiones de la obra, ubicación original y actual, descripción y análisis formal e iconográfico. Finalmente, les pedí que concluyesen el trabajo con una valoración personal, en la que debían dar su opinión sobre la pintura, el porqué de su elección y comentar las facilidades y dificultades encontradas en el proceso de recreación.
Así se evaluó
Con respecto a la evaluación, la imagen fotográfica se calificó en función del parecido con la pintura original, mientras que para el trabajo escrito se valoraron la inclusión de todas las pautas señaladas, la adecuación del contenido, la redacción y la profundidad de la investigación realizada acerca de la obra en cuestión.
La actividad puede adaptarse a cualquier período artístico, con la posibilidad de adaptar los criterios de evaluación en función de los objetivos que persiga el docente o de la unidad didáctica que se desee trabajar con el alumnado. Es por ello que, aunque hasta la fecha se ha trabajado únicamente con 3º de ESO, se está estudiando la posibilidad de probar la experiencia con otros niveles educativos.
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