Un reciente artículo publicado el 29 de enero de 2021 en la revista Nature afirma que la COVID-19 rara vez se propaga por superficies, sino que la fuente principal de transmisión son los aerosoles que exhalamos al respirar, hablar o gritar. Por tanto, debemos cambiar la estrategia actual de lucha contra ella en los centros educativos, que actualmente está centrada en la limpieza de superficies, lavado de manos y señalización para mantener la distancia física.
Objetivo: mejorar la calidad del aire
Si bien estas medidas son necesarias, incluso en tiempos sin COVID, ahora debemos poner el foco en la mejora de la calidad del aire interior y, por tanto, en la Ventilación y CO2 de las aulas.
Para poder saber si ventilamos correctamente, podemos medir los niveles de CO2. Debemos parecernos en lo posible al exterior, donde encontramos 400-420 ppm de CO2. En condiciones normales, para conseguir 5-6 renovaciones por hora, no podemos superar concentraciones de 900 ppm de CO2. Pero debido a que nos encontramos en una situación de mayor riesgo y debemos reducir la posibilidad de contagio del SARS-CoV-2, este nivel de CO2 no debe superar las 700 ppm.
Si tenemos niveles superiores a 700 ppm es porque no estamos ventilando de forma adecuada en ese momento. Por ello, la medición del CO2 en las aulas debe ser constante, para poder corregir esas deficiencias abriendo más las ventanas, mejorando la ventilación cruzada y en los pasillos, saliendo al exterior o instalando Ventilación y CO2 forzada.
Más que contagios
Pero esto no es nuevo. Ya existía una preocupación creciente sobre los efectos que la calidad del aire interior tiene sobre la salud humana y el rendimiento escolar. Actualmente existen evidencias suficientes para afirmar que existe una relación directa entre contaminación del aire interior y la salud. Podemos ver como diversos estudios apuntan que, debido al tiempo que el alumnado permanece en el interior de la clase, su nivel de exposición a los posibles contaminantes químicos y biológicos será mayor, incluso si se encuentran en bajas concentraciones y más aún cuando la Ventilación y CO2 es insuficiente.
Esta exposición puede producir efectos adversos sobre la salud como la congestión nasal, estornudos, enfermedades respiratorias agudas, dificultades para respirar, conjuntivitis, dolor de cabeza o dificultad para concentrarse. Por ejemplo, cuando los niveles de CO2 exceden de 800 ppm, algunas personas experimentan incomodidad, dolor de cabeza, cansancio o problemas respiratorios, que se ven agravados en el caso de los niños por su mayor actividad metabólica (incrementa su necesidad de beber agua y de aire para respirar, necesitan más oxígeno y por tanto, expulsan más CO2).
Alto CO2 = bajo rendimiento
Así, diversos estudios relacionan de forma directa el elevado nivel de CO2 con el bajo rendimiento escolar, de forma que cuando encontramos niveles de CO2 por encima de 980 ppm aparecen problemas de falta de concentración. Un estudio realizado por la Universidad de North Carolina sobre calidad del aire interior y su relación con los resultados académicos, muestra las diferencias antes y después de la rehabilitación llevada a cabo en el edificio para mejorar la Ventilación y CO2.
Sus resultados reflejan que, al mejorar la ventilación en el centro educativo, mejoraron considerablemente los resultados en matemáticas y en lectura debido a una mayor concentración mental. No debemos olvidar que las condiciones de temperatura y humedad, la falta de luz natural o el ruido en el aula, tienen igualmente gran repercusión en la salud y el nivel de rendimiento del alumnado si no son adecuadas. Habrá que estar atentos también a todos estos indicadores.
Deberíamos proporcionar las infraestructuras necesarias a los centros para tener espacios adecuados para dar clases al aire libre. De esta forma evitamos pasar tanto tiempo en interiores, proporcionaría beneficios para la salud y el desarrollo del alumnado, físico y emocional, y por supuesto la mejora del rendimiento escolar, creando un entorno más saludable que invite al aprendizaje.
Entornos escolares seguros
En la Región de Murcia, han puesto en marcha el programa educativo ‘Aire Limpio’, para promover la creación de entornos escolares más seguros y saludables, mejorando la calidad del aire interior y exterior, realización de las actividades en la naturaleza y el aire libre, con mucho menor riesgo de transmisión de la Covid-19, y que ya está dando sus fruto s(podéis buscar publicaciones al respecto con #airelimpio en Twitter). Existen algunas iniciativas que están introduciendo la fabricación de sensores de CO2 (Arduino) en las asignaturas de tecnología o TICS, permitiendo trabajar de forma transversal otras materias (tratamiento de los datos, representación e interpretación de gráficas en matemáticas, gases y contaminación en física y química, virus en biología, etc.).
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