Con apenas cinco meses de experiencia en el sector educativo me di cuenta de que el alumnado se resistía a trabajar contenidos de Lengua Castellana y Literatura como la gramática. Y ponerle solución no es fácil, porque tenemos que equilibrar una balanza complicada: asentar el saber anterior y a la vez ampliarlo, siempre atendiendo a la diversidad.
El problema se presenta cuando los propios alumnos se quejan porque es algo que han estudiado mil veces y, sin embargo, siguen cometiendo muchos errores. Por este motivo decidí afrontar la gramática desde un punto de vista distinto y más entretenido gracias a los juegos.
Las reglas del juego
Para ello me basé en el popular juego de cartas UNO. Resulta útil por ser un juego sencillo que gran parte del alumnado ya conoce, y porque no hace falta una extensa preparación (como sí puede tener, por ejemplo, preparar un Trivial para literatura).
El UNO se compone de fichas de cuatro colores (rojo, amarillo, verde y azul) y cartas con números del 1 al 9. Se reparten 7 a cada jugador, que debe deshacerse de ellas por turnos haciéndolas coincidir en número o el color de la última que se encuentra en la mesa. Además hay cartas con poderes especiales, que modifican las reglas y agilizan el juego.
En el juego al que he nombrado ‘UNO gramatical’ las reglas son las mismas, pero los colores representan, cada uno, una categoría gramatical distinta, y se incorpora así una regla especial: para poder dejar una carta, se debe decir una palabra de la categoría que está en juego. Así pues, la primera versión que he realizado tenía cuatro categorías (que serían los cuatro colores del UNO): sustantivo, adjetivo, adverbio y verbo. Para poder deshacerse de las cartas y llegar al objetivo del juego, se debe saber señalar palabras de esta categoría.
Adaptando las reglas
Esta es la base de la adaptación, pero debido a que es un contenido que abarca diversos cursos, podemos cambiar las reglas para que se adecúen a diferentes dificultades. Algunas de las ideas son las siguientes:
- Se puede cambiar las categorías para incluir pronombres, determinantes, preposiciones y conjunciones.
- Si se desea complicar el juego, es posible especificar más los requisitos. Por ejemplo, que solo valga decir sustantivos abstractos, verbos en determinado tiempo verbal o adverbios solo de tiempo, por ejemplo.
- Existe la posibilidad de dar anteriormente al alumnado un texto para que busquen las diversas palabras y que solamente sean válidas para deshacerse de una carta las que aparecen en él.
- Podemos equivocarnos a la hora de decir la palabra (por ejemplo, si dicen que ‘inteligencia’ es un adjetivo): se puede optar por dar más oportunidades, que el jugador pierda turno o tenga que robar.
- Hay posibilidad de jugar individualmente o por equipos, y en tal caso, podemos aumentar la dificultad.
- Se puede aplicar a otras áreas: en vez de con categorías gramaticales es posible utilizar capitales de países, tablas de multiplicación, sintagmas, vocabulario en inglés, etc.
He probado el juego en clase en diversos niveles (1º, 2º y 3º de ESO) y en general ha sido bien acogido. Sin embargo, tiene un punto débil, y es que sigue siendo un juego competitivo: se debe reforzar el compañerismo en esta actividad para que no haya situaciones conflictivas.
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