Cuando a principios de curso tuve que enfrentarme a la evaluación inicial de mi alumnado de sexto de Primaria, vi en ello una oportunidad para conocerlos mejor. ¿Qué les gusta? ¿Qué quieren aprender? ¿Qué podrían enseñar al resto de la clase? Me di cuenta de que gran parte de ellos están interesados en el juego Fortnite así que, en lugar de luchar contra ello, me dije: “puedes verle el sentido didáctico”. Por eso, elaboré mis propias unidades a partir de aquello que tenía tan cautivados a mis estudiantes.
Fortnite en Lengua y Literatura
En la asignatura de Lengua y Literatura nuestra unidad se llamaba ‘No soy adicto al Fortnite’. Y es que el punto de partida fue un artículo real donde se explicaba la adicción a este videojuego y sus repercusiones. Generó muchísima curiosidad entre los estudiantes, y estaban totalmente entregados. A partir de este videojuego aprendimos sobre textos informativos, noticias, cómo escribirlas, la investigación, el poder de la publicidad…entre otras muchas cosas.
Unido con la guía didáctica de la asignatura, vi una gran oportunidad de aprender las reglas de acentuación a partir de todos estos artículos que estábamos leyendo. En este punto, fue donde todos aquellos conceptos que se repiten cada año me hicieron ver lo poco útil que resultaba que, de nuevo, un docente les explicara lo mismo. Así pues, le di una vuelta a la estructura y para profundizar en las reglas de acentuación planteé un reto a mi tutoría: tenían que diseñar actividades motivadoras para formar un banco de materiales que, posteriormente, compartiríamos con nuestro colegio y también a través de Internet.
Todas las actividades eran verdaderamente obras de arte y me hizo ver la necesidad que tenían de moverse, ya que un 90% de las tareas diseñadas implicaba desplazarse por clase.
De esta manera, nació la actividad de: Agudas, Llanas y Esdrújulas con Fortnite. Una actividad que, por supuesto, no la he creado yo. Y es que me enorgullece decir que salió de las cabezas de dos de mis estudiantes: Tatiana y Nico.
¿En qué consiste dicha actividad?
Los estudiantes escogieron tres bailes del famoso videojuego. Cada baile representaba un tipo de palabra. A su vez, fabricamos un póster que fue proyectado en la pizarra digital del aula.
Después, iban diciendo palabras y el resto de sus compañeros y compañeras tenían que realizar el baile correspondiente. ¡Fue muy divertido! Aprendimos y nos reímos muchísimo. De hecho, ahora utilizamos los bailes de Fortnite para otras actividades en clase.
Para difundir dicha actividad, subí un post a Instagram sobre este juego y les mostré a los alumnos la repercusión que había causado. Pudieron comprobar cómo estaban ayudando a que en otros colegios los niños y niñas trabajaran la clasificación de palabras según su sílaba tónica de una forma diferente. Vieron el verdadero significado al trabajo que habían realizado en clase y se sintieron muy orgullosos y satisfechos. Ahora puedo decir que son unos expertos diseñando actividades.
Por supuesto, no sólo me aproveché del videojuego Fornite en las clases de Lengua y Literatura. En otras asignaturas, como Matemáticas, Valores e Inglés también se sirvieron de este videojuego.
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