El homeschooling (escolarización en el hogar o escolarización en familia) según lo define Valle (2012) es una “opción educativa que adoptan determinados ciudadanos que deciden educar a sus hijos o hijas en el hogar, al margen del sistema educativo tradicional […] y lo hacen siguiendo una metodología y una pedagogía propias”.
En principio, las motivaciones para acogerse a esta opción educativa (Isenberg, 2007) suelen estar vinculadas con algún tipo de rechazo al sistema educativo “normalizado”. Entre las principales razones se encuentran la convicción de que la familia de puede educar mejor a sus hijos en casa, las necesidades especiales de apoyo educativo que tenga el estudiante u otros motivos ideológicos. No obstante, en esta época de pandemia, la amplia experiencia de muchas familias en el ámbito del homeschooling nos puede servir para encontrar algunas claves útiles para nuestra labor docente en un contexto virtual o semi-presencial.
En primer lugar, los menores escolarizados en el hogar, también conocidos como ‘homeschoolers’ pasan, según las investigaciones, una media de cuatro horas estructuradas realizando tareas de tipo educativo. Este tiempo suele distribuirse en realizar lecturas, proyectos independientes o realizar diferentes ‘hobbies’ educativos. Además de este tiempo, muchos homeschoolers cuentan con ‘momentos educativos con la familia’, es decir, momentos espontáneos donde se obtiene aprendizaje de actividades que no estaban dentro del currículum educativo o de la planificación educativa planteada.
A tener en cuenta
Es conveniente tomar ciertas precauciones para trabajar en casa el modelo homeschooling. En primer lugar, puede producirse una falta de contacto con otros niños y adultos de fuera de su entorno familiar. Los niños necesitan relacionarse con sus pares y también convivir con la diversidad pero el homeschooling presenta el riesgo de encerrar al alumno en una burbuja que derive en problemas de sociabilidad o poca competencia para trabajar en grupo.
Por otro lado, el homeschooling también puede generar una menor interacción con otras formas de pensar y supone una exigencia para las familias, que deben generar para los menores experiencias de aprendizaje significativo y detectar si sus hijos avanzan a la velocidad adecuada. Asimismo, el homeschooling tradicional también representa un reto en lo relativo a la certificación de los aprendizajes.
Desde una perspectiva positiva, el homeschooling puede ser una apuesta por la personalización de la experiencia educativa, la autonomía del aprendiz en su entorno personal de aprendizaje (potenciado por la necesidad de acudir por sí mismo a las fuentes de información) o la motivación intrínseca si tiene ocasión de profundizar en los aspectos que le resultan más interesantes.
Sin duda, uno de los aprendizajes más valiosos que podemos obtener en estos tiempos de enseñanza virtual en el cual los estudiantes tratan de seguir las clases con sus familias al lado teletrabajando es el desarrollo de esos momentos que J. Thomas ha llamado ‘teachable moments’. Esos momentos, como bien cita Melina Furman en su charla ‘Aprender en Casa’, tejen la construcción del vínculo por el conocimiento.
Las familias
¿Y qué pueden hacer las familias durante este tiempo de confinamiento? En primer lugar, podemos hacer partícipes a nuestros hijos e hijas de nuestra organización diaria. Es importante que los menores se sientan protagonistas del ritmo de vida y las tareas que llevamos todos dentro de nuestro hogar.
En segundo lugar, podemos crear oportunidades de aprendizaje con nuestros hijos más allá del currículo, aprovechando esas actividades espontáneas de aprendizaje que pueden surgir en estos días de confinamiento. Para ello dos ideas sencillas: investigar con ellos todas esas preguntas curiosas que los niños nos hacen con frecuencia y compartir con ellos juegos que despierten nuestras ganas de aprender, de dialogar y de compartir experiencias.
Para saber más
Para conocer más sobre el homeschooling pueden consultarse los materiales que comparte Alex Kim, que recorren desde los principios conceptuales de esta pedagogía emergente hasta ejemplos concretos de su aplicación en la planificación de contenidos o actividades familiares que pueden implementarse o su canal de YouTube.
Para conocer más de cerca las dificultades que enfrenta esta metodología puede consultarse este vídeo de Laura Mascaró, asesora educativa especialista en homeschooling.
Existe una red de familias homeschoolers que comparten experiencias y recursos para la enseñanza-aprendizaje en casa a través de las redes. Para acceder a estos materiales pueden consultarse las webs de HomeSchooling Spain o de la asociación de familias que educan sin escuela.
Testimonios de familias:
Y de homeschoolers:
E incluso presenciar un día en la rutina de una familia con este método:
Bibliografía:
Propuesta de Loli Álvarez, docente y abuela, para el aprendizaje durante el confinamiento. Isenberg, E. J. (2007) What Have We Learned About Homeschooling? Peabody Journal of Education. 82:2-3, 387-409, DOI: 10.1080/01619560701312996.
Trujillo Sáez, F. (2020) Claves para un homeschooling sostenible para un confinamiento prolongado. Valle Aparicio, J. E. (2012) Enseñar en casa o en la escuela. La doctrina legal sobre el homeschooling en España. Perfiles educativos, vol.34 no.138 México sep. 2012.
Estefanía Martínez Navamuel es profesora de Latín con amplia experiencia en la docencia y estudiante del Máster de Innovación Educativa de la Universidad Carlos III de Madrid. Este artículo forma parte de un proyecto de aprendizaje-servicio coordinado por el profesor Fernando Trujillo Sáez y Conecta13 dentro del Máster en Innovación Educativa de la Universidad Carlos III, la Fundación Estudio y la Institución Libre de Enseñanza.
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