Nuestro centro se encuentra en la localidad de Rioturbio, un poblado creado por una empresa minera para sus trabajadores en los años 50 del pasado siglo XX. Entonces, la población estaba compuesta en su mayoría por emigrantes llegados de otras comunidades autónomas y de Portugal y, hoy en día, muchos de los 900 habitantes del pueblo descienden de esas primeras familias que se asentaron en él.
Nuestro entorno no cuenta con biblioteca (salvo la del colegio), cine o lugares donde desarrollar otros tipos de actividades culturales, deportivas, ni otra formación o perfeccionamiento. Para ello, hay que desplazarse a Mieres, la capital del Concejo.
Por otro lado, para entender mejor el contexto en el que viven nuestros alumnos, es importante tener en cuenta que el nivel cultural de las familias es medio-bajo: la mayoría solo han cursado estudios secundarios obligatorios y la ocupación principal de esta población fue la minería, pero en la actualidad, el trabajo es precario y discontinuo y el paro o la jubilación a temprana edad es lo dominante.
Por todo esto, nuestro objetivo desde el centro es intentar compensar las carencias afectivas, emocionales y lingüísticas de los alumnos, y motivar el aprendizaje así como mantener un clima de trabajo cordial, cálido y agradable; y fomentar la curiosidad por contenidos estéticos y culturales.
Samsung Smart School
Actualmente el centro tiene 54 alumnos distribuidos en una unidad de Educación Infantil y tres unidades de Primaria. Desde hace cinco años participamos en el programa Samsung Smart School, (que se sustenta en un convenio de colaboración de la marca con el Ministerio de Educación y Formación Profesional y las comunidades autónomas) que en la actualidad cubre los cursos desde 3º a 6º de Primaria. Este programa ha conseguido cambiar la forma de entender la educación, tanto desde el ámbito de los docentes como del alumnado y sus familias. Gracias a él, se ha podido dotar con un dispositivo móvil a cada alumno y una Smart TV en cada aula para su interacción.
Por suerte, en estos cinco años nos hemos ido ‘entrenando’ con una metodología diferente y nos ha preparado para la situación actual de crisis derivada de la COVID-19; un reto que ha puesto en tela de juicio cómo poder seguir ofreciendo una educación de calidad desde el confinamiento en los hogares.
Gracias al programa Samsung Smart School y al esfuerzo de nuestros docentes, se están desarrollando iniciativas y actuaciones antes impensables. Teniendo en cuenta que somos un centro semirural en una zona con escasos recursos y con una problemática social importante, estamos llevando a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje con bastante éxito y satisfacción por parte del alumnado, docentes y familias.
Educación a distancia en tiempos de pandemia
Habituado a trabajar con tabletas en las aulas, a hacer búsquedas de información, a trabajar colaborativamente, a utilizar entornos en red… nuestro alumnado ha sabido adaptarse a esta nueva realidad y continuar con las clases. Desde la Consejería de Educación de la Comunidad Autónoma del Principado de Asturias también se ha apostado por dotar a los alumnos de herramientas colaborativas y un espacio de almacenamiento en la nube para sus trabajos. Así, el alumnado asturiano tiene acceso a todas las herramientas del entorno Microsoft 365 y 1Tb de almacenamiento en la nube. Como resultado, tenemos un mejor aprovechamiento de los recursos aportados por Samsung Smart School y podemos afrontar este confinamiento con garantías de éxito para casi la totalidad de nuestro niños.
Nuestro primer objetivo ha sido priorizar sus necesidades. Por esa razón nuestros esfuerzos iniciales se han centrado en 6º de Primaria. Con el cambio de etapa que les espera a los alumnos, no podíamos dejar que su formación se viera detenida por la situación. Por ello, fue con ellos con quien empezamos las clases virtuales. Su tutora organizó un horario con grupos reducidos de un tiempo entre 30 y 45 minutos diarios donde realizaríamos clases presenciales a través de la aplicación Teams. Este contacto visual consigue que no perdamos la interacción con nuestro alumnado. El experimento funcionó y a los pocos días del estado de alarma el horario con las nuevas clases estaba en marcha.
Un obstáculo con el que nos enfrentamos ha sido que algunas familias, a pesar de disponer del dispositivo móvil, no tenían conexión a Internet. Esto se solucionó con la dotación que facilitó la administración para el alumnado de 6º sin conexión en el hogar.
La tecnología de Samsung Smart School no sólo se utiliza para las clases online, sino que los estudiantes disponen en su casa de una herramienta que les abre la puerta al mundo exterior: su tableta. Pueden realizar búsquedas, entrar en museos, ver obras de teatro… Además, en áreas como Plástica, que en un primer momento puede parecer que su seguimiento es complicado, seguimos trabajándolo sin ningún tipo de problemas. Antes del confinamiento, el centro estaba aprovechando las tabletas para impartir esta materia de una forma diferente y más entretenida. Utilizamos aplicaciones de dibujo como Autodesk SketchBook para desarrollar la creatividad de nuestro alumnado. Como tienen sus dispositivos en casa, podemos continuar con esa enseñanza sin problemas.
Conseguir un fin común
Las actividades que se están trabajando son sobre todo competenciales, buscando la interacción de la mayoría de las áreas del currículo. Debemos pensar que ahora nos encontramos en otros escenarios educativos, por lo que las metodologías deben adaptarse a las situaciones. El profesorado diseña una tarea donde se entremezclan varias actividades para conseguir un fin común. Una vez realizadas, se ponen en común y se resuelven dudas en las sesiones presenciales. A modo de ejemplo, este curso nos hemos quedado sin viaje de estudios a Madrid. Como consecuencia, una de las tareas que se han desarrollado estos días es que el alumnado realizara una guía virtual desde su casa de los lugares que íbamos a visitar. Otro ejemplo es el proyecto que estábamos realizando este año en el centro sobre la historia de Asturias a través del carbón y la industria con las canciones de Víctor Manuel como hilo conductor, que continuamos desde el confinamiento.
Debemos ser realistas y estos logros tampoco serían posibles en estos momentos sin el apoyo de las familias, que juegan un papel importantísimo. Son ellas las que ayudan a sus hijos a tener un aprovechamiento e interés por la continuidad de las clases. En este sentido, desde el centro estamos muy agradecidos. Por otro lado, el interés y compromiso de nuestros niños con el centro es altísimo y están acudiendo a estas nuevas aulas virtuales en su gran mayoría.
El siguiente paso
Ahora nuestro siguiente reto es ir normalizando toda esta situación hasta llegar al alumnado de Educación Infantil. Hemos conseguido gracias al proyecto Samsung Smart School llevar a cabo una realidad para la que nos habíamos estado entrenando y estamos orgullosos del resultado.
Como mencionaba con anterioridad, la situación de muchas de nuestras familias no es la idónea; hay muchas familias desestructuradas, padres en paro o alumnos que no cuentan con un acompañamiento tecnológico con el que puedan contar niños de una clase media-alta o alta. Sin embargo, estamos muy satisfechos con su participación y motivación y con los resultados que estamos obteniendo. Creo que los docentes estamos realizando el curso de formación más intensivo e importante que hayamos podido realizar nunca. Es solo el primer paso, y aunque aún nos falten recursos, estoy seguro de que el curso que viene empezará a cambiar muchas cosas. Ahora sólo estamos arrancando, pero no hay vuelta atrás. Ya hemos superado la línea de no retorno y el futuro y el cambio en el paradigma educativo ha llegado.
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