Hace unos años creamos ‘Nuestro juego de mesa’, un proyecto que sigue las directrices del CeDec, un organismo dependiente del Ministerio de Educación para la creación y difusión de Recursos Educativos Abiertos nació. Partiendo de la metodología Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), planteaba como objetivo el diseño de un juego de mesa ortográfico, lo que implicaba abordar de manera conjunta dos contenidos curriculares del área de Lengua Castellana y Literatura: la ortografía y los textos instructivos.
Lo pusimos en práctica, por primera vez, el pasado curso con tres grupos de 4º de ESO del IES Barandiaran de Leioa (Bizkaia). Como los resultados fueron positivos, este año he vuelto a realizar la experiencia con todo el alumnado de 4º de ESO del mismo centro y bajo el nombre de ‘Juego de mesa lingüístico’. Hay una novedad: en lugar de centrarnos únicamente en la ortografía, optamos por enriquecer el recurso con contenidos de tipo morfosintáctico. Esto nos ha permitido abordar de una manera más amena y motivadora determinados aspectos gramaticales que suelen resultar áridos y repetitivos para los estudiantes de Secundaria.
Las fases del juego de morfosintaxis y la ortografía
Dicho proyecto lo dividimos en tres fases: presentación del proyecto al alumnado, el desarrollo de la secuencia didáctica y la creación del juego, y la demostración final del juego de mesa.
- En la fase inicial contamos a los estudiantes en qué consistía el proyecto y los conocimientos que queríamos fomentar.
- En la fase intermedia desarrollamos el proceso didáctico con la creación, en primer lugar, de la baraja con los contenidos morfosintácticos y, después, con el diseño del juego de mesa compuesto por un tablero y sus cartas.
- En la fase final los estudiantes hicieron la presentación de sus juegos de mesa artesanales.
Para llevar a cabo esta experiencia en el aula, los estudiantes tuvieron que realizar tareas en grupos de cuatro, pero también han trabajado de manera individual, especialmente en aquellas tareas centradas en la reflexión personal, como es el caso de la elaboración del diario de aprendizaje.
La evaluación y los resultado de esta experiencia
En este proyecto, la autoevaluación y la coevaluación han estado muy presentes y han contribuido no solo a educar en la responsabilidad individual, sino también a reflexionar sobre el propio proceso de enseñanza y aprendizaje. Se trata de estrategias muy eficaces que no podemos obviar si queremos que el aprendizaje sea significativo.
Para todos ha sido una experiencia muy positiva que ha contribuido, en gran medida, el fuerte poder socializador del aprendizaje cooperativo y la presencia de actividades variadas que han conseguido conectar con el alumnado, además de fomentar el pensamiento crítico y la iniciativa personal.
Gracias a su versatilidad, es posible adaptarlo a todos los niveles educativos y materias diversas, tanto lingüísticas como de otra índole, con solo modificar los contenidos curriculares presentes en las cartas.
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