“Durante mi experiencia como docente de adolescentes, he podido comprobar que ciertos rasgos de la literatura gótica se vinculan con la psicología del adolescente”, explica Silvia Martín, docente de Lengua Inglesa y Coordinadora Exámenes Pearson PTE en Valencia.
En este artículo nos explica que este interés se puede aprovechar para aumentar su motivación por la lectura y el estudio de la literatura.
Los adolescentes están inmersos en una etapa de búsqueda de la propia identidad, explorando los límites del bien y del mal y se sienten atraídos por el lado oscuro de la realidad. Todo se convierte en una serie de incógnitas existenciales con miles de interrogantes, en una etapa en la que se sienten llenos de vida y a la vez les cautiva la muerte y todo lo que le rodea.
La atracción que ejerce la muerte y el más allá sobre el adolescente es significativa puesto que cuando los jóvenes se hallan en esta etapa de búsqueda de su identidad se plantean las incógnitas existenciales.
Figuras góticas más relevantes
Una de las figuras góticas con la que se puede comparar al adolescente es el Vampiro. El ideal romántico, la exaltación del dolor y el sufrimiento, de la belleza maldita, de la rebeldía, y del infierno interior. Ambos representan la rebeldía, la insumisión y la crítica.
La literatura gótica en general, posee ciertos rasgos que la vinculan con la psicología del adolescente (sentimientos extremos, importancia del sujeto, exaltación de las emociones)
Pero una de las características más importantes que tienen en común es el aislamiento, la Soledad. Al vampiro le aterra la soledad, el miedo a la eternidad, ver cómo va dejando atrás a todos sus seres queridos. En el adolescente, la soledad es una melancolía interna que busca espacio donde alojarse como un sentimiento de rebeldía, un sentimiento depresivo, un sentimiento de apatía, incluso como coraje.
La literatura gótica en general, posee ciertos rasgos que la vinculan con la psicología del adolescente (sentimientos extremos, importancia del sujeto, exaltación de las emociones). El psicólogo Erik Erikson (1968), define la adolescencia como un periodo caracterizado por la lucha entre la identidad y la confusión hacia la búsqueda del yo. Él habla de la existencia de 8 etapas en las que el adolescente se debate entre la confianza y la desconfianza. Erikson la categoriza como la etapa en la que el adolescente se encuentra en el proceso de la búsqueda de la identidad a través de la confusión de esa misma identidad. El adolescente debe determinar el propio sentido de sí mismo.
Pueden encontrarse cinco rasgos, comunes entre la adolescencia y la literatura gótica:
- El impacto que producen las emociones extremas. Los adolescentes prefieren historias de amor, terror o sobre sucesos sobrenaturales, ciencia ficción o fantásticos.
- El viaje de autodescubrimiento. Otro tema recurrente en la literatura gótica es la idea del viaje iniciático de autorrevelación o autodescubrimiento. Los adolescentes están en ese momento de sus vidas embarcados en un viaje, a medio camino entre la infancia y la edad adulta. Buscan respuestas que les permita tomar decisiones, “respuestas absolutas a sus preguntas”
- El enfrentamiento del individuo a lo desconocido.
- La rebelión ante la autoridad. La naturaleza rebelde de los adolescentes es bastante evidente para el profesorado y para sus padres. A esta edad, existe una tendencia a cuestionar y a menudo a desafiar la autoridad y las convenciones sociales establecidas. Desean saber por qué tienen que escuchar, por qué tienen que estudiar, por qué tienen que hacer lo que se les ordena. Ponen a prueba las figuras de autoridad para establecer límites que casi siempre encuentran demasiado estrictos.
- La simpatía por el solitario, por el héroe marginado. Durante la adolescencia, no hay términos medios para ellos, o adoran algo o no lo soportan. Asumen el rol de opresor u oprimido y al hacerlo, se identifican con el héroe marginado y solitario. Personajes como el monstruo de Frankenstein, Drácula o Mr. Hyde podrían ser sus referentes.
¿Cómo pueden aplicarse estas similitudes en el aula?
Esta vinculación afectiva inicial entre adolescencia y literatura gótica puede ayudarles a comprender, entender y establecer conexiones con textos literarios conocidos, con el objetivo de despertar el interés de los alumnos y motivarlos para que lean y también para que se esfuercen en el estudio de la literatura.
El objetivo no solamente es fomentar la competencia lingüística y cultural, sino que sirva como vehículo para introducir contenidos de ciencias sociales de forma interdisciplinaria por medio de esas lecturas en el aula. Todo ello priorizando las inteligencias múltiples y los rasgos emocionales del adolescente a fin de que se sientan identificados con las propuestas dadas en el aula.
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