Desde el IES Ingeniero de la Cierva de Patino (Murcia), Esperanza Manzanares- profesora de Informática- nos muestra cómo ha sido trabajar con sus alumnos del primer curso de Formación Profesional Básica el proyecto internacional ‘CARMA’, introduciendo técnicas de aprendizaje colaborativo.
La finalidad del proyecto ‘CARMA’ – Reciprocal Maieutic Approach (RMA) and other non-formal learning methods for Student Motivation- es evaluar e introducir técnicas de aprendizaje colaborativo en los centros para innovar en la cultura escolar y mejorar las prácticas docentes en Educación Secundaria y Formación Profesional Básica. Es un proyecto internacional financiado por la Unión Europea en el que la Universidad de Murcia se encuentra participando como socio a través del Grupo de Investigación de Tecnología Educativa (GITE).
En el proyecto, en una fase inicial, se hizo un estudio de las necesidades formativas del alumnado en Educación Secundaria y FP Básica y se recogieron datos en cada país acerca de la tasa de abandono escolar y las competencias de cara al aprendizaje colaborativo. Luego, y como parte del miso, entre el 3 y el 7 de octubre de 2016 se realizó en Palermo (Sicilia) un taller en inglés en el que expertos de todos los países participantes expusieron diversas técnicas para innovar e introducir estrategias de trabajo colaborativo en el aula.
Gracias a la colaboración del equipo directivo de mi centro, el IES Ingeniero de la Cierva de Patino (Murcia), tuve la suerte de acudir a este taller como parte de la representación española, junto a otras tres profesoras y una experta en técnicas de trabajo colaborativo de la Universidad de Murcia. Allí nos reunimos varios profesores de Secundaria y Formación Profesional Básica de los diferentes países participantes en el proyecto (Turquía, Austria, Bélgica, Italia, Francia, Portugal y España) para trabajar bajo las indicaciones de los expertos y crear una red de profesores en cada país para que implementáramos las metodologías allí aprendidas en nuestras aulas.
Ya de vuelta, pensé que sería una buena opción llevar a cabo la implementación de estas técnicas con un grupo de FP Básica debido a las características generales de estos grupos, así que, como profesora de Informática, y con el apoyo del tutor, decidí aplicarlas en el primer curso de Formación Profesional Básica de Informática de Oficina. Las técnicas que se implementaron fueron: La caja de las emociones ( Box of Emotions), Seis sombreros para pensar ( Six Thinking Hats) y Aprender mediante la programación ( Learning by Coding) .
La caja de las emociones (Box of Emotions)
Esta técnica se aplicó en varias ocasiones y siempre durante la hora de tutoría. Se pretendía influir en el ambiente de la clase, trabajando las relaciones entre los compañeros y a la vez conseguir motivarlos haciendo que fuera más positiva la idea que tenían los alumnos sobre la asistencia a clase y la realización de las tareas. La técnica consiste en coger, por ejemplo, una caja que haga de urna -yo utilicé una caja de paquetes de folios a la que le hice un corte en la tapa superior y simular así una urna- y que cada alumno escriba en una papeleta qué sentimientos despierta en él el tema que se está tratando en esa sesión.
Así, en una de la sesiones para trabajar la motivación, se les preguntaba qué es lo que sentían por las mañanas cuando se levantaban y pensaban que tenían que ir a clase. Una vez que escriben las papeletas las meten en la urna. Después el profesor va leyendo el contenido de cada papeleta y dependiendo de la decisión que tomen los compañeros al comienzo de la sesión se leen las tarjetas de forma anónima, o por el contrario se indica quién ha escrito cada una.
Durante la primera sesión los alumnos decidieron que fuera anónima. Por lo tanto, una vez metidas todas las tarjetas en la urna, coloqué a los alumnos creando un semicírculo y procedí a leerlas. Tras leer la primera y apreciar la desmotivación que sentía la persona que lo había escrito uno de los alumnos empezó a buscar aspectos positivos de ir a clase, después lo hizo otro, y así en varias ocasiones cada vez que se leía un mensaje con connotaciones negativas. De manera que se iba creando un debate motivador en torno a esos mensajes consiguiendo al final que el ambiente aquel día, al acabar la clase, fuera de compañerismo, intentando buscar el lado motivador para aquellos que no lo veían así.
Tan positivo fue el resultado que ya en las siguientes sesiones decidieron que no fuera de forma anónima, por lo que fue muy gratificante comprobar que tras esa primera sesión habíamos conseguido además de mejorar la motivación un acercamiento entre los compañeros: “Preferían saber quién era el que escribía una u otra cosa para poder comentarle, aconsejarle, cara a cara”. Resaltar que tras estas sesiones los alumnos me comentaron que les había gustado mucho el hecho de sentarlos en semicírculo a la hora de leer los mensajes e iniciar ese pequeño debate que creaban después de la lectura de las tarjetas.
Seis sombreros para pensar ( Six Thinking Hats)
Esta técnica consiste en abordar un problema desde distintos puntos de vista asociados a los colores de los seis sombreros (el sombrero amarillo representa el punto de vista optimista y positivo, el negro el negativo-pesimista, etc). Se establece previamente cuál será el orden en el que se usarán los sombreros. Si se decide, por ejemplo, que primero se use el sombrero amarillo, dicho sombrero recorrerá toda la clase pasando de un compañero a otro aportando cada alumno lo que opina o siente respecto ese tema desde el punto de vista del sombrero en concreto. A continuación se utiliza el siguiente sombrero que se haya establecido en el orden y así sucesivamente. En este caso la técnica se utilizó para tratar el tema transversal del reciclaje.
Es importante resaltar que cuando un compañero se pone un sombrero determinado indica que él tiene el turno de palabra y que los compañeros deben guardar silencio y escuchar. Como resultado tras implementar la técnica en clase cabe destacar que los alumnos disfrutaron mucho de la sesión, aprendieron muchos conceptos y procedimientos que desconocían acerca del reciclaje, respetaron el turno de palabra de sus compañeros y consiguieron abordar el tema muy bien desde los diferentes puntos vista, lo que extrapolado al día a día supone el poder enfrentarse a la realidad de un modo más crítico, pudiendo analizarla desde diferentes enfoques.
Aprender mediante la programación ( Learning by Coding)
Lo que persigue es que mediante la colaboración de todos los compañeros se alcance un resultado más satisfactorio que usando solamente el trabajo individual. Para ello se utilizó el software Kodu Game Lab, con el que los alumnos debían conseguir la construcción de un juego que se denomina un mundo. Cuando un alumno finalizaba su mundo, iba pasando por cada uno de los equipos de los compañeros jugando al mundo creado por cada uno y comentando qué cosas se podrían mejorar desde su punto de vista. De este modo al finalizar llegaban a la conclusión de que el resultado que se puede obtener tras la colaboración de todos es mejor que el individual. Además durante el proceso pudieron aprender diferentes técnicas de los distintos compañeros, a escucharse los unos a los otros y a no ver lo que les decían los compañeros como crítica negativa sino como crítica constructiva.
Aprendieron también que programar no es una tarea tan sencilla, que requiere tiempo y a veces concentración para poder desarrollar en el juego lo que tienen en su mente pero que al final merece la pena cuando ven los resultados. Al terminar la última clase pude escuchar a una alumna decirle a su compañero: “el que algo quiere, algo le cuesta”. Una bonita moraleja para indicar que mediante el esfuerzo y el sacrificio se pueden conseguir muchas cosas.
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