En los últimos años se ha erigido un enorme mundo alrededor de los juegos de mesa, y no me refiero a los más clásicos sino a todos esos nuevos formatos de entretenimiento. Juegos de mesa como por ejemplo Dixit, que es el de que nos ocuparemos hoy por su especial influencia en el mundo educativo.
Dixit es un juego de mesa basado en ilustraciones, y cuyo funcionamiento es el siguiente: un jugador —que tomará el papel de ‘contador de historias’— elige un de sus cartas, piensa una palabra o frase que la defina y se la dice al resto de jugadores. Estos han de elegir, teniendo en cuenta la palabra propuesta anteriormente, una de sus cartas; todas ellas se mezclan y se dan la vuelta. El objetivo, que cada uno elija la carta que crea fue la que puso el ‘contador de historias’. Fácil, ¿no? Pues este mecanismo tan sencillo esconde un excelente juego de mesa para todo tipo de edades, y con gran peso en educación.
Dixit y sus cartas con ilustraciones
La clave de Dixit son las ilustraciones. El juego original incluye un total de 84 tarjetones de aproximadamente 120×79 milímetros, con dibujos que son muy diferente del arte más tradicional, y que son difícil de definir. Cada una de estas ilustraciones tiene múltiples detalles, que de forma global pueden sugerir múltiples significados, lo cual le aporta un extra de dificultad al juego.
Imagen: Flickr de Mon Œil
El sistema es fácil de entender y permite llegar a un equilibrio entre todos los jugadores. No se trata de dejárselo fácil a los demás, ni tampoco imposible; de esto se encargan las reglas. El primer jugador que alcance 30 puntos gana la partida.
Dixit requiere un mínimo de tres jugadores y está orientado a un público a partir de 5 años, aunque es ideal encontrar un grupo de entre 4 y 6 personas, al menos. También existen múltiples expansiones, hasta un total de 6, que añaden nuevas cartas para jugar entre un mayor número de personas.
Fomenta la imaginación, creatividad, abstracción, lenguaje
Esto no deja de ser un juego de mesa tremendamente divertido, en el que tras unas pocas partidas “le coges el tranquillo” y no puedes parar. Los jugadores terminan afianzando vocabulario y poniendo en marcha la maquinaria de la imaginación, la creatividad y la abstracción, algo clave en edades tempranas.
Esto es debido tanto a las —espectaculares— ilustraciones como a las propias normas del juego. La idea es dar rienda suelta a la mente, mirar los detalles y abstraerse en las historias que puede contar cada carta; si llegamos a este punto, y no es difícil, habremos conseguido mucho.
Dixit puede completarse con reglas extraoficiales (por ejemplo, que las palabras sean sólo verbos, o que pertenezcan sólo a una determinada temática) e incluso, si quieres, crear tú mismo las ilustraciones. En cualquier caso es uno de esos juegos de mesa muy recomendables para chavales jóvenes a partir de los 5 años, que tiene un precio de aproximadamente 30 euros en tiendas especializadas y distribuidores online.
Si quieres saber más puedes consultar la web de Board Game Geek —red social de juegos de mesa por excelencia— o la página de Libellud, el distribuidor oficial del juego.
Imagen: Flickr de yoppy
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