martes, 18 de julio de 2017

Santiago Moll: “La tecnología ha facilitado que en las clases se trabaje de manera más inclusiva”

Enamorado de la educación emocional y apasionado de las nuevas tecnologías y la educación digital, Santiago Moll lleva ejerciendo cerca de veinte años como profesor de Secundaria en distintos centros educativos intentado plasmar su pasión por la enseñanza y con la convicción de que otra educación es posible. En la actualidad imparte clases de Lengua Castellana y Literatura en el Instituto Badalona VII de Badalona (Barcelona), lleva a cabo formación presencial y on line, y compagina su profesión con la faceta de blogger en el espacio Justifica tu respuesta.

¿Su último reto? Publicar el libro de educación digital para padres y educadores “Empantallados. Cómo convivir con hijos digitales” (Editorial Larousse).  Con él hemos hablado de esta obra (la primera que publica), de las tecnologías en el aula, metodologías de enseñanza…

¿Qué tal ha sido la experiencia de publicar su primer libro?, ¿qué le ha aportado y qué ha aprendido a lo largo de este proceso?

Su publicación ha supuesto un reto extraordinario y una experiencia inolvidable. Desde el primer momento en que los responsables de la editorial se pusieron en contacto conmigo para presentarme su proyecto, vi que este libro podía convertirse en una útil y práctica guía de ayuda para todos aquellos padres y educadores que buscan respuestas concretas a las múltiples preguntas que surgen relacionadas con las nuevas tecnologías y el uso de los dispositivos electrónicos.

¿Qué temas aborda “Empantallados” y desde qué perspectiva?

Está dividido en dos partes muy bien diferenciadas. La primera parte titulada “Lo que creemos saber” tiene un enfoque más técnico, sin renunciar a un lenguaje accesible a todos, es decir, los lectores podrán aprender conceptos tan fundamentales como nativos e inmigrantes digitales, competencia digital, productividad personal, educación digital y gestión del talento y la creatividad o vocabulario relacionado con el mundo digital usado por los adolescentes.

Por contra, la segunda – “Lo que debemos saber”- tiene claramente una visión más pedagógica. Toca ponerse serios y hablar de aspectos tan sensibles como la ciberseguridad de los dispositivos que nos rodean, las adicciones a los videojuegos, el ciberacoso y sus derivados como el sexting o el grooming, la distinción entre pornografía y educación sexual, el concepto de lo efímero y la autoestima aplicado a las redes sociales, los estereotipos de género y la reputación digital o la fijación de normas o límites a través de la denominada disciplina positiva.

Debemos invertir todo el tiempo de que dispongamos no solo en ocuparnos de nuestros hijos, sino de preocuparnos por ellos

En el caso de las familias, ¿qué recomendaciones encontrarán para que la relación con sus “hijos digitales” resulte más fluida?

La relación de los padres con los hijos debe partir de una buena comunicación, de un diálogo permanente, abierto y fluido. Y cuando me refiero a este tipo de comunicación entra en juego otro factor determinante: el tiempo. En mi blog Justifica tu respuesta tengo como lema “La Educación es tiempo”. ¿Qué quiero decir con esto? Que una buena educación, que una buena comunicación entre padres e hijos, es aquella  en la que el tiempo se convierte no en un enemigo, sino en nuestro mayor aliado. Debemos invertir todo el tiempo de que dispongamos no solo en ocuparnos de nuestros hijos, sino de preocuparnos por ellos. Eso se consigue interesándonos por ellos, por sus inquietudes, por sus miedos, sus inseguridades y también sus proyectos.

Debemos aprender a formular preguntas abiertas y encontrar momentos del día en los que nos podamos reunir todos en una misma mesa y también compartir el mismo tiempo libre. Y la tecnología no debe convertirse ni en una excusa ni en un impedimento. Porque una buena comunicación es aquella que, desde la asertividad, es capaz de poner límites que distingan claramente entre el uso, el abuso y la adicción. Y, muy importante, como adultos debemos dar ejemplo de ese buen uso que todos defendemos.

Según su experiencia, ¿qué cinco características destacaría de la incorporación de las tecnologías al aula?

Cuando se habla de tecnología, a mí me gusta referirme a la ella como una herramienta. El concepto de herramienta creo que sirve para darnos cuenta de que puede ser usada en nuestro beneficio o en nuestro perjuicio. Pues que no existen ni buenas ni malas herramientas. Todo depende del uso que hagamos de ellas o de la manera con que enseñamos a utilizarlas.

Con esta idea de la tecnología como herramienta también quiero dejar claro que la tecnología ha venido para quedarse y para hacernos la vida más fácil. Pero lo que también tengo claro es que nunca debería convertirse en un sustituto de la persona, sino en un complemento que ayuda a esa persona, a ese docente a enseñar mejor, a lograr que sus alumnos aprendan y que lo hagan de manera significativa.

Otro aspecto que destacaría de la tecnología en el aula es que podemos conectarla con las denominadas metodologías activas. Por ejemplo, metodologías como la flipped classroom han supuesto una transformación del tiempo y el espacio en el aula. También destacaría el hecho de que la tecnología ha facilitado que en las clases se trabaje de manera más inclusiva porque permite adaptar el ritmo de aprendizaje a las necesidades de los estudiantes. Por último, insistir en el uso de la tecnología como aspecto lúdico a través de, por ejemplo, la gamificación que adapta mecánicas de juego a aspectos ajenos al juego, en este caso aspectos educativos. Un claro ejemplo lo tenemos en Kahoot.

La tecnología me ha hecho mejor docente

¿Qué ha aprendido de la tecnología?, ¿qué le ha aportado a su labor como docente?

Como apasionado de la tecnología, tengo el pleno convencimiento de que me ha hecho mejor docente y me ha permitido transmitir mis conocimientos de una forma que llega mucho más a mis estudiantes. La tecnología me ha servido y me sirve para trabajar con nuevas metodologías, pero también me ha permitido trabajar aspectos tan importantes como la inclusión en el aula, el juego, la interacción con otros compañeros a través de distintas plataformas tanto sociales como educativas, formarme y formar a través de plataformas educativas on line…

¿De qué manera utiliza y aplica la tecnología en sus clases?

Tengo la gran suerte de que en los centros en los que he trabajado han visto la tecnología no como un problema, sino como una oportunidad. A partir de ahí, las posibilidades a la hora de enseñar y de aprender han sido y son enormes. En mi caso participar, por ejemplo, tengo mi cuaderno de notas en mi smartphone, proyecto mi libro interactivo en la PDI, subo el material de clase al aula virtual (Moodle) de mi centro, mis alumnos utilizan sus smartphones en el aula para jugar al Kahoot, para entrar en la app del Diccionario de la Real Academia y buscar el significado de un término… Como veis, las posibilidades son muchísimas y los chavales siempre muestran una gran receptividad con todo lo relacionado con el mundo digital.

El gran reto del profesor es tener la visión de adaptar las metodologías de enseñanza al perfil de su centro y alumnos

Si tuviese que elegir una metodología de enseñanza, cuál escogería y por qué

Hay una frase atribuida a Santo Tomás de Aquino que reza así: “Teme al hombre de un solo libro”. A mí es una frase que me gusta mucho repetir y compartir con mis compañeros porque creo que ilustra a la perfección la idea que tengo sobre la metodología de enseñanza que aplico en mis aulas.

Lo que quiero decir es que para mí no existe una única metodología válida, sino que creo que hay que tener el deseo de aprender todas aquellas que supongan una mejora para el alumnado. A partir de ahí y en función del centro educativo o del alumnado, hay metodologías que pueden ser muy útiles como la de la clase invertida para que los estudiantes mejoren su competencia digital, el aprendizaje cooperativo para que aprendan de manera autónoma y/o de sus propios compañeros, el ABP (Aprendizaje Basado en Proyectos) donde se trabaja de manera interdepartamental y multidisciplinar un aspecto que parte de las inquietudes de los alumnos y, por qué no decirlo, existen momentos en los que también podemos recurrir a la clase tradicional para trasmitir determinados contendidos.

Por tanto, creo que el gran reto del profesor no debe ser defender una única metodología a ultranza, sino tener la visión de adaptar la metodología al perfil de su centro y del alumnado (edad, nivel curricular, contexto socioeconómico…). Esta es para mí el verdadero significado de la expresión “Innovación educativa”.

Por último, un pequeño test. ¿Qué le sugieren las siguientes palabras?:

Pantalla:

Conexión

Redes sociales:

Reputación digital

Tecnología:

Oportunidad

Trabajo cooperativo:

Inclusión

Aprendizaje:

Utilidad

Emoción:

Proyecto

 

 

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